Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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LA GENERALITAT LO INTENTA

Supongo que la puesta en marcha del plan de choque ante la crisis económica por parte de la Generalitat de Cataluña es una broma. De mal gusto pero una broma. No me creo que en las mentes bienpensantes del ejecutivo de Montilla se crean que con el decreto de medidas urgentes en materia fiscal que aprobó ayer esperen lograr alguna cosa. Es palabrería económica y una especie de limosna financiera que logrará distorsionar la realidad por un tiempo. Un decreto que permite ejecutar la parte de un plan aprobado por el Gobierno catalán en abril y que precisa de una reforma legal para ponerse en práctica. Para su ejecución se debe aumentar la capacidad legal de endeudamiento del Insititut Català de Finances hasta, por lo menos, 3000 millones de euros. Cosa que no será suficiente para sobrevolar el problema de la falta de facturación y de gestión crediticia para las miles de empresas catalanas en previsible situación de riesgo inminente.

Aparte de crear nuevas líneas financieras dirigidas a la creación y ampliación de empresas y a su internacionalización que supondrán un interesante incentivo, todo hay que decirlo, el gobierno catalán debería también elevar la autorización actual de 1200 millones de euros que se dispone para prestar avales que garanticen la renta fija emitida por fondos de titulización de activos para pymes por parte de las entidades financieras. Es decir, que permita que la franja de garantía bancaria y pública sea mayor a fin de que el dinero exista y deje de estar apartado del sistema. El problema es que aumentarlo en sólo 300 millones de euros es tan pobre que asusta por la poca valentía. El resto de medidas, por escasas, me parecen poco reseñables. Dinámicas de vergüenza ajena como incentivar la rehabilitación de viviendas con deducciones sobre el IRPF es como un chiste. ¿Qué reformas va a hacer alguien que no le llega ni para pagar la hipoteca?

Las medidas que debe adoptar un gobierno autonómico como el catalán, sin capacidad legislativa expansiva ni formulación fiscal eficiente, puede ser papel mojado a la larga. Nos guste o no, las medidas de reforma estructural y de dinamización de los modelos de crecimiento alternativos deben ejecutarse de un modo coordinado, complementario y estratégico con el resto del estado y si me apuran con el resto de la Eurozona.

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