RECLUTAMIENTO 2.0
Hace unas semanas durante unas jornadas sobre Reclutamiento laboral en entornos digitales, conocí diversos expertos en gestión de personal. Aprendí mucho de sus aportaciones tras mi charla y pude comprobar que los portales de empleo en Internet, los headhunters y las propias ETTs empiezan a ver como un competidor directo en el mercado de la búsqueda de trabajo a las propias las redes sociales. Desde las comunidades profesionales como Linkedin y Xing u otras de tipo menos lineal como Facebook, millones de usuarios se exponen en un escaparate electrónico donde muestran sus aptitudes profesionales. Se estima que una de cada dos contrataciones realizadas en los últimos años se ha gestionado a través de Internet.
Sin embargo, a mi modo de ver, aunque las relaciones sociales en redes de Internet han ganado en tamaño, esto no debe apartarnos de una necesidad por reinventar las redes sociales desde el punto de vista de la agitación y de la contribución. En la red al principio sólo se escuchaba, luego se participaba y ahora se contribuye. Aún así, los cambios más importantes están por llegar, ya que son espacios complejos donde se producen cambios muy rápidos. Por ejemplo, si hasta hace unos años se entraba en lugares como XING para relacionarse por temas de trabajo, ahora también es un espacio de reclutamiento empresarial.
En las redes sociales es difícil mentir y el boca-oreja se produce de forma digital. Las empresas se conectan al mundo y atraen talento a través de ellas. La inteligencia colectiva no es algo fácilmente reconocible en un currículo, sino que hay que relacionar a las personas para averiguar qué capacidad de relación tienen. Las empresas tienen que crear su ecosistema de relaciones en las redes sociales, sus propias comunidades, que les servirán para llegar al talento con mayor velocidad y contundencia. Sigue siendo una realidad para el análisis el concepto de “propiedad emergente” como la potencia que genera conectar a dos personas en red para alcanzar un valor superior al individual.
Una empresa puede mejorar su reputación en las redes sociales con una estrategia meramente presencial, pero necesita la figura del community manager para que la ayude a relacionarse en las redes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los resultados no son inmediatos y que no es suficiente estar en Internet, sino que hay que conectar lo digital con lo analógico o presencial y es que Internet es algo más que contenido, es un método para establecer un diálogo abierto entre empresa, trabajadores y servicios de reclutamiento por ejemplo.
En un escenario de crisis y ante el mayor incremento del paro de la historia moderna de occidente, este fenómeno va a más. Estos entornos han pasado de ser un lugar privilegiado para mantener el contacto con amigos y conocidos a ser utilizado por los usuarios para publicitar sus perfiles profesionales, mantener vivas las relaciones con sus contactos y estar al tanto de cualquier oportunidad de trabajo que surja. En mi caso nunca he sido demasiado propenso a su utilización en términos profesionales. Reconozco que mi carrera se ha desarrollado vía headhunters de tipo tradicional que te llaman, te entrevistan y te cuentan para que han pensado que puedes ser útil.
He sido directivo de alquiler durante años y eso me permitía estar en un listado de ejecutivos de alto nivel que facilitó mis relaciones en entornos financieros y económicos. Ahora que soy emprendedor por encima de directivo o delegado en algún consejo (que también) mi voluntad de entrar en esos entornos de debate entre directivos me ha supuesto un buen cúmulo de gratificaciones. En concreto me di de alta de una red social para directivos algo exclusiva pero muy efectiva: la del Financial Times, que es de pago pero muy nutritiva. Ahora me he vinculado a Xing y ya os iré contando.
Creo que el primer paso para ser efectivo en la búsqueda de empleo a través de Internet es diferenciar muy bien las redes sociales profesionales de las puramente personales. Las primeras, en las que exponemos nuestros currículos, logros profesionales, proyectos e intereses laborales, son muy utilizadas por los cazatalentos y empresas de contratación para encontrar profesionales que encajen en determinados perfiles. Por parte del candidato, más que una búsqueda activa de empleo se trata de “dejarse ver” y de alimentar las conexiones con su red de contactos. El perfil profesional deberá estar siempre actualizado, ser realista e incluir referencias que puedan avalar nuestra candidatura. Ahora bien, las segundas, las redes sociales de carácter personal o generalista cómo Facebook, su utilidad en la búsqueda de empleo está por ver.
Eso sí, los contenidos que los usuarios introducen en sus perfiles pueden no encajar demasiado bien con lo que demanda una empresa. Los detalles sobre las juergas nocturnas o nuestras inclinaciones políticas pueden cerrarnos puertas. En ese sentido, tener atención de la reputación digital es algo que depende de nuestra identidad virtual. En resumen, todo ello es el reflejo de nuestra identidad real, y en el equilibrio perfecto entre lo que se muestra y lo que se oculta estará siempre la clave del éxito.