Un increíble e innovador avión de papel
Solicitar 50.000 dólares para tu proyecto y que te llueva
1’2 millones de la mano de más de 20.000 pequeños inversores y colaboradores ya es extraordinario. Que lo sea para llevar a cabo un proyecto que supone hacer volar aviones de papel tiene tela. Esto le ha pasado a
PowerUp 3.0 recientemente. Tal y como lo lees, miles de personas consideran que un modelo muy innovador de motorcito controlado desde un teléfono inteligente podía acoplarse sin dificultad en un avioncito de papel y lograr que vuele de forma increíble. Seguramente miles de personas pensaron que les encantaría tener uno. Esa es la clave.
Sabéis que me encantan este tipo de prototipos o de proyectos innovadores de ejecución tan simple y no dejo de ver en esto algo sumamente rentable para sus inventores. ES probable que veamos inundadas las plazas y calles más turísticas del mundo con vendedores ambulantes de algun tipo de sucedáneo mal fabricado de este dispositivo, pero lo que es cierto es que cuando se suman modelo comercial, sencillez de ejecución y tecnología social puedes tener una bomba empresarial en las manos.
Low cost, poco más de un euro, long tail, llegará a cualquiera que sepa hacer aviones de papel y tenga un teléfono móvil y escalabilidad garantizada pues ya tienen a miles de interesados en ser los probadores del ‘invento’. Así lo creo como base del éxito. En esos objetivos deben estar incorporados los proyectos “low cost”, en esos retos los que sean “long tail” y en los sueños los “escalables” internacionalmente. Esas tres líneas definen el éxito emprendedor actual a mi entender: producto a bajo precio, con un amplio escenario comprador y un espacio global. Tan simple como un bocadillito de jamón y queso que unos hacen normal o bien pero otros, unos pocos, lo convierten en una delicioso pedazo de gloria. La diferencia estriba en hacer lo sencillo en algo excepcional.