Excelencia
El próximo miércoles ofrezco una conferencia en Madrid Excelente. La solicitud de la organización es que trate de explicar mi experiencia empresarial y que lo haga desde el punto de vista de cómo una empresa puede haber derivado en un caso de éxito a partir de la reinvención del modelo de negocio.
La verdad es que todavía no tengo claro que contaré y en que orden. Seguramente iniciaré la explicación desde la visión que tuve aun siendo menor de edad en mi huída a París, la vertiente posterior que me hizo fracasar en alguna ocasión cuando creí tener la idea del negocio definitivo o cuando transformé en otra cosa una empresa que nació siendo algo muy distinto.
Seguramente seguiré con alguno de mis viajes o anécdotas que me acompañaron en algún momento de la vida, como personas anónimas me dieron la clave vital para asumir los retos de la emprendeduría y cómo ahora, tras tantos años, todo eso se ha transformado en un proyecto empresarial complejo, diversificado, internacional y en gestación constante, en beta permanente.
Supongo que al final acabaré con la traducción de esas experiencias hablando de algunos casos en los que liquidé mi participación societaria como fundador y en como lo hice. Pero me gustaría centrarme es en como convertí algún proyecto tradicional en algo extraordinario. ¿Cual es esa curiosa y extraña sustancia que transforma lo mediocre en esencial, en único o en determinante. La verdad es que en eso consiste, en participar de aventuras que se conviertan en motores existenciales para quienes las protagonizan.
Al final siempre me ha quedado claro un factor: “decir que algo es extraordinario dura un rato, definitivamente debe ser extraordinario”. Extender la excelencia no es fácil, pero es el mejor de los caminos.