Salarios, gastos y devaluaciones
Mantengo la idea de que no estamos en crisis. Defiendo que lo que vivimos es un estado de transformación irrenunciable y traumático que nos llevará a un nuevo sistema económico y social que lo va a cambiar todo. Sin embargo incorporo el concepto que en ese proceso unos lo están haciendo más llevadero y otros más insoportable. El caso de España es el segundo y el de las obligaciones “contractuales” que tenemos con Europa lo empeoran incluso más.
La petición de bajada de salarios que nos llegó desde la Comisión Europea y que Krugman ya proponía hace un tiempo es un tema recurrente debido a la necesidad de alcanzar una mayor competitividad de la economía española. Sin competitividad no alcanzaremos a una velocidad razonable el destino fijado en ese cambio radical que sufrimos. Las cadenas de valor, la transformación del reparto del trabajo y la tecnología que modifica la transmisión del conocimiento están generando nuevos negocios, nuevas maneras de relacionarnos y distintas claves para generar riqueza. En ese campo de esperanza algunos no hacen más que hundirse y el barro ya llega a las orejas.
Es cierto que para ser más competitivos debemos ser más baratos. Eso es una máxima que desgraciadamente en estos tiempos es verdad absoluta. Sin embargo a esa realidad se le asocia la necesidad de la reducción de salarios para lograrlo.
España perdió competitividad durante la burbuja inmobiliaria, sobretodo con respecto a los países de la eurozona, aquellos que al tener la misma moneda impiden devaluarla. Cuando un momento económico concreto afecta a la competitividad de manera crónica y creciente sólo se pueden hacer dos cosas para luchar contra ello: devaluando la moneda o reduciendo los costes económicos en la productividad.
Debido a la crisis de 1976 se devaluó la peseta tres veces. Fue en 1976, al año siguiente y en 1982. Más tarde, en la crisis de los noventa se volvió a desinflar la moneda hispánica en tres ocasiones. La devaluación total fue de un 18% en un solo año. Hoy en día eso es inviable por que el Euro no es nuestro. Por lo tanto la única manera de mejorar la competitividad de nuestra economía es reduciendo los costes de la misma, lo que se define como “devaluación interna”.
Muchos de los que vendemos a todo el mundo ya hace tiempo que aplicamos “devaluaciones internas”. Los ajustes que estamos llevando a cabo giran en torno a muchos factores y, curiosamente, la mayoría no son salariales.
Debemos tener en cuenta que la economía española tiene un buen sector exterior. Precisamente el que más rápido ha aceptado los cambios y antes ha asumido la realidad. El ajuste de salarios puede ser en gran medida lo que está permitiendo ese crecimiento, pero sobretodo son los factores asociados a la producción lo que lo está permitiendo. Desde 2009 se ha registrado un ritmo de crecimiento de la exportación que ni siquiera Reino Unido, Francia o Italia han logrado igualar. En el primer trimestre de 2013 el crecimiento del 4,3% se enfrenta al coeficiente negativo de países como Alemania por ejemplo.
¿Estamos saliendo de la crisis? No. No hay ninguna crisis de la que salir, pero esos datos son sencillamente la evidencia de por donde van los tiros. Al no haber nada que recuperar, al no tener que retomar modelos económicos pasados, la oportunidad de cambio real está ante nuestros ojos. Los que lo han entendido antes y se basan ya en modelos de la nueva socioeconomía digitalizada, horizontal, flexible, líquida y distribuida están obteniendo los primeros datos favorables. Un distribuidor de embutidos que hasta ahora lo hacía de manera local y con márgenes tradicionales, ahora utiliza modelos dropshipping y en una economía de escala logra, desde su pueblo, vender a todo el mundo manteniendo márgenes reducidos y procesos ajustados. Hay miles de ejemplos que toco todos los días.
¿Tienen algo que ver los que dirigen? No. Básicamente están impidiendo que eso suceda a tiempo y en el momento justo. Esperan que las cosas mejoren por ciencia infusa y poder apuntarse el tanto. La no disposición de crédito desde la banca, la hipoteca monstruosa del Estado que sigue aumentando, el robo organizado que se lleva a cabo en bancos malos o derivados, la inexistencia de una hoja de ruta para estimular la nueva economía y la incapacidad para controlar el gasto público, sencillamente demuestran que ellos van a lo suyo y lo suyo va con ellos.
Miremos los datos que nos demuestran la automatización de la economía moderna. Las exportaciones en España aumentó en 2012 casi un 12% y en lo que llevamos de año más de un 8%. Digamos que esa competitividad exterior se debe a una más que evidente devaluación interna que de manera sectorial se está llevando a cabo sin orden ni dirección gubernamental.
Reducir salarios no es la solución. Ni tan siquiera se acerca. La devaluación interior si que lo es. Para lograrla hay muchas más opciones. Solo hay que tener voluntad. Si hay algo roto desde hace años en España es el consumo. Reducir los salarios no haría más que liquidar definitivamente el débil proceso comercial que aun sobrevive.
Si de verdad se quiere trabajar por la competitividad y para lograrla debemos rebajar los costes de producción vayamos a los que de verdad están causando agujeros contables. Sin entrar en demagogia o meriendas diversas como la corrupción y la monstruosa herida financiera que vive la economía española si se pueden localizar bolsas de gasto excesivos.
La receta para reducir costes de producción y mejorar la competitividad de manera que la “devaluación interna” se produjera pasa por adecuar a la media europea los precios de comunicaciones, transportes, carburantes, Internet, energía, formación, investigación y tributarios incluso. Cierto que los costes de producción y las tasas no tienen nada que ver pero seguro que se me comprende cuando digo que aumentar el espacio de inversión ayuda a derivarlo a los precios finales y a la competitividad.
Curiosamente los países más debilitados por la “crisis” económica y con la mayor caída de ingresos públicos al no haber actividad económica han incrementado los impuestos. España lo ha hecho muy eficientemente. Eso si. Pero empiezan a haber algunas propuestas que deberían poner en alerta a esos de la VISA oro y el coche oficial. Por ejemplo, Portugal busca ahora una salida en la dirección contraria, y el Gobierno portugués ha decidido rebajar, aunque de forma gradual, el impuesto de sociedades. Será a partir de 2014, la tasa del 25% pasará al 19%.
No se puede pretender bajar salarios para mejorar la competencia si eso no se acompaña de una reflexión global.
Entrevista en Exportnews
Hace unos días, Marc Codolà me hizo una entrevista para ExportNews.Cat, el diario de la empresa catalana para la exportación. En ella hacemos un repaso a diferentes elementos sobre la internacionalización y sobre el hecho comprobable que muchas de las pequeñas empresas que se lanzan al exterior aumentan en un buen porcentaje sus ventas a medio plazo. La verdad es que aunque la entrevista se centra en el ámbito catalán bien sirve para toda la economía española. Recordemos que en la “Radiografía de la Pyme 2013” que publicó Sage hace unas semanas ya se explica claramente algunos de los aspectos que se tratan en la entrevista. Aunque el título elegido trata de la internacionalización, para mí las últimas dos frases sobre las divisas también son muy significativas. Aquí os dejo la traducción de la misma.
Marc Vidal: “Las pequeñas empresas que se lanzan a la exportación, presentan un crecimiento de un 20%”
Marc Vidal es hoy uno de los referentes en el análisis de la realidad económica. Especialista en Nueva Economía y considerado uno de los mayores conocedores en este ámbito es también una voz respetada en el ámbito de la internacionalización de empresas, como lo demuestra uno de sus proyectos, Idodi.eu, que acompaña las empresas en el proceso de buscar los mercados más eficientes. En declaraciones a ExportNews.cat, Vidal explica qué puede aportar el exportación al conjunto de las empresas catalanas y a la economía en general.
1. ¿Cuáles son los puntos fuertes de la economía catalana para vender fuera de la Península Ibérica?
La calidad de la industria y la mano de obra que la crea, su ubicación geográfica y las relaciones externas.
2. – Porque es necesario que las empresas catalanas exporten?
Las empresas deben apostar por la internacionalización ya que supone una inclusión en nuevos mercados y una expansión de su negocio a nivel global, la cual aporta un buen posicionamiento de la marca y el aumento de beneficios. A nivel de país, estas internacionalizaciones suponen un balance comercial positivo, multiplican el producto y los ingresos de la economía en general y de sus exportadores, permiten diversificar riesgos ante mercados internos inestables y producen un equilibrio respecto la entrada de nuevos competidores en el mercado interno.
3. – ¿Qué supone que las empresas vean necesario salir a vender al exterior?
Una expansión de la propia empresa, un fortalecimiento de sus relaciones y un balance positivo en cuanto a sus cuentas y su producción. Las pequeñas empresas que se lanzan a la exportación, presentan un crecimiento de un 20% y las probabilidades de fracaso se reducen un 9% comparado con las empresas que no dan el salto. A nivel de país, estas internacionalizaciones producen un equilibrio respecto a la entrada de nuevos competidores en el mercado interno.
4. – Un dirigente de ACC1Ó ha explicado recientemente en ExportNews.cat que si una empresa decide salir a vender fuera sólo porque el mercado interno no funciona, empieza mal. ¿Está de acuerdo?
Si el mercado interno no funciona, la búsqueda del mercado exterior es una de las soluciones para fortalecer el negocio propio. Pero previamente han de estudiar y analizar todos los mercados en los que puede competir.
5. – ¿Todo el mundo puede exportar?
Sí. Con la aparición del e-commerce la apertura de los mercados, estar al alcance del cliente final se ha simplificado y ha permitido que cualquier empresa pueda vender a mercados externos. La infraestructura necesaria y sobre todo los costes, se han reducido con la evolución de la tecnología y el desarrollo de recursos que facilitan los procesos llevados a cabo día tras día. Desde IDODI.EU hemos desarrollado Openshopen , una plataforma de gestión de tiendas online en las que cualquier empresa (independientemente de su tamaño) y cualquier persona, sea experto o no haya vivido ninguna experiencia con el comercio electrónico, se puede abrir su propia tienda online e intentar externalizar. Aunque no es lo mismo que internacionalizar, habría que matizar, es un inicio. La evolución de los mercados y su forma de acceder facilita la exportación incluso de aquellos que nunca hubieran pensado que una parte de sus clientes potenciales están en la otra punta del mundo. No estamos viviendo una época de cambios, sino un cambio de época.
6. – La Cámara de Comercio ha presentado unas cifras que dicen que el PIB catalán crecerá un 0,2% en 2014 gracias a las exportaciones. ¿Lo ve posible?
No. Aunque las exportaciones crezcan, no hay cambio de modelo y sin cambio de modelo de tipo tecnológico es imposible ser competitivos en el exterior. El consumo ha caído y mantenía el flujo de caja para que las industrias pudieran aguantar, pero la política ha perdido el rumbo y con ella el liderazgo necesario no existe. Por ahora, nada hace pensar que el cambio puede estar cerca.
7. – ¿Como se explica que las empresas catalanas ya vendan más fuera de España que dentro? ¿Tiene que ver la tensión en el contexto político?
Fuera de España hay buenas oportunidades para adentrarse en mercados emergentes, y mercados fuertes con nichos para cubrir y descubrir. La situación política en más de una ocasión se ha interpuesto en medio de una negociación y ha supuesto la rotura de relaciones cliente-proveedor por cuestiones geográficas, comportamientos que determinadas empresas han aprovechado para fortalecer su mercado global.
8. – ¿Le preocupa una guerra de divisas?
No, ya estamos en ella y parece que somos capaces de navegarla. El mundo está controlado por máquinas que a través del high frequency market y se evitan grandes fricciones. Parece que debería ser al revés, que un mundo financiero bajo el imperio tecnológico es terriblemente inestable, pero los hechos demuestran lo contrario. Aunque el high frequency market no afecta directamente al cambio de moneda y el valor entre ellas, tengo claro que hay un juego perverso que les afecta y las mantiene en un control necesario. Creo que es más probable que una forma alternativa de gestionar el valor económico de las transacciones genere una mutación en este ámbito. Ya vivimos el tema de “Bitcoin” pero vendrán otros momentos similares y al final, un modelo nuevo, ganará la partida. Cuando la humanidad vea que no hay fricción ni necesidad de intermediarios en este punto, ya hablaremos.