Uber, taxis, coches autónomos y el peso de lo inevitable.
Había una vez dos taxistas hablando durante una de las manifestaciones contra la plataforma demoníaca Uber. Uno le ratificaba al otro que era inadmisible. Que había mil razones que soportaban el argumento de que un ‘taxi’ debía ser un binomio entre un ser humano con licencias de uso y una máquina. Y mientras hablaban pasó un artefacto sin conductor, sin nadie que lo condujera. Ambos dijeron: ‘ese es uno de esos coches que van solos‘. A lo que el otro taxista respondió, ‘ni caso, eso no llegará a ninguna parte, faltan mil años para que sea real‘. Al cabo de unos minutos el ‘auto sin volante’ volvió a pasar. Esta vez llevaba ‘un cliente’. El futuro lejano les pasó frente suyo.
Esta escena se producirá en otoño de 2016. Los primeros ‘taxis’ autónomos serán reales en algunas ciudades británicas. Llevarán volante, eso si, que permitirá tomar el control al ‘pasajero/cliente’ en caso de emergencia. Digamos que es un ‘Uber’ pero ya sin conductor. La plataforma que pondrá en contacto al ‘coche’ con el cliente ya no precisará de ‘conductor’. Al final se manifestarán todos juntos. Lo veo venir. Todo está preparado para la llegada del futuro en este sentido y nos adentra en otro análisis, el político y el social, el de cómo vamos a adoptar un modelo cotidiano de este tipo.
Que hay una guerra latente, una serie de batallas acerca de los vehículos autónomos, es evidente. Ya no es Google quien va detrás. Se habla del iCar de Apple, o los prototipos que ya recorren circuitos piloto de Nissan, Volvo, Renaul y Ford. Seguro que hay más, seguro que todos. El mercado del ‘coche’ está cambiando. Me comentaba el responsable de comunciación y marketing de Nissan hace un par de semanas que ‘la marca nipona está trasladando todo su plan de creación y desarrollo de negocio hacia una vertiente que jamás antes se habían planteado‘. Decía que a los jóvenes no les interesan los coches, no los compran, los comparten, se dejan llevar, no les gusta conducir. La caída de la adoración sobre este artefacto es brutal y que están pensando en dar respuesta a todo ello.
Compartidos, eléctricos y autónomos. Tres claves para entender lo que viene y ya no es cuestión de décadas. Esto va de pocos años. De hecho el primer auto sin conductor en llegar a las carreteras británicas ya fue lanzado la semana pasada y ya deambula por el barrio de Greenwich en Londres. Tal y como prometió el gobierno de aquella ciudad y aquí comentamos.
Se trata de un vehículo de tracción eléctrica LUTZ Pathfinder que puede viajar a 20 kilómetros por hora debido al gran número de sensores, radares y cámaras para evitar los obstáculos. Recordemos que el futuro de este tipo de vehículos no será tanto sus sensores como su memoria. El acuerdo entre Uber y Google giraba en torno a como ‘sintetizar en 3D y a tiempo real el mundo’.
Este Lutz es como una cápsula biplaza. Fue diseñada por Transport Systems Catapult y de momento está plantado para zonas peatonales y alguna urbana de escaso tráfico. Lo que realmente va a cambiar los planteamientos políticos, que no nos olvidemos siempre son los que frenan o aceleran el progreso, a finales de este mismo año se pondrá a prueba una flota de autos en las propias calles de Milton Keynes, al norte de Londres. Si todo sale según lo planeado, en dos años una flota de vehículos totalmente automatizados podría circular por toda la capital británica.
Si has estado en el Aeropuerto Internacional de Heathrow de Londres, desde hace un par de años ya habrás visto alguno de estos ‘engendros’ transportando pasajeros entre la terminal y el estacionamiento de ‘los coches que si necesitan conductor’.
Pero esta vez será la primera que se permitirá que autos automatizados participen del tráfico real. Vince Cable, secretario de negocios británico, dijo que el Reino Unido tenía la oportunidad de convertirse en líder de la industria de los autos sin conductor y que, según espera, todo ello tendrá un valor de 1,5 billones de euros en menos de una década. Ya está. Ya llegó. Google hace tiempo, como decíamos, Uber algo está tramando. Muchas marcas irán detrás. La mayoría no son ni fabricantes de autos ahora mismo.
Que cada país siga planteando su futuro como considere. Las pistas de donde se va a situar el escenario cada vez son más claras. Tener a las riendas de todo esto a quien no lo ve es tal vez la peor apuesta. Liderar el futuro no depende de esperar y verlas venir. El futuro es exclusivamente para los que exploran, gastan en innovación y adecuan sus leyes al futuro inminente y no lo contrario.