Hablando de Economía Circular y del paso de producto a servicio en TVE.
El pasado jueves en ‘Economía de Futuro’ dentro del programa Tips de TVE conversamos del concepto ‘Economía Circular’. Existen muchos modos de afrontar el futuro inmediato, tecnológico, automatizado y robótico pero está claro que no se puede desligar esta Revolución Industrial 4.0 del hecho de que cada vez los recursos a los que atacamos se van a ir agotando y que el crecimiento económico y social debe tomar en consideración que éstos son finitos.
Si toda la tecnología existente sigue basándose en el modelo económico lineal de ‘tomar, hacer y desechar’ en breve llegaremos al límite de la capacidad física de nuestro planeta. La economía circular es una alternativa viable explotan algunas empresas. Dos de esas empresas españolas fueron las que aparecieron en el programa. Se trató de dos vinculadas a la automoción: Avantcar y Drivy.
Ambas funcionan bajo un precepto que va calando en la generación Millennial: el paso de producto a servicio, el cambio de propiedad por uso compartido. Los Millennial no ven tan claro, como si hacen otras generaciones anteriores, que ventajas tiene el poseer algo en lugar de usarlo cuando se precisa. Le otorgan mucho más valor a la experiencia y al uso que a su propiedad. El futuro avanza hacia un universo de servicio y de arrinconamiento de la propiedad.
La economía circular, en algunos casos en relación con la economía colaborativa, y los entornos de relación empresarial que ahora sólo gestionan servicios en lugar de productos, de experiencias en lugar de propiedades, no harán más que cambiar.
Cambiarán en el diseño sin residuos, en el aumento de la resiliencia permitiendo los ‘upgrades’ de productos a fin de no desecharlos continuamente, trabajando en el uso de energías renovables, pensando en ‘sistemas’ en lugar de elementos para averiguar como influyen las partes de un todo y mejorar las relaciones entre ellos y, cómo definen en la Fundación Ellen MacArthur, pensar en ‘cascadas’ que significa extraer el valor adicional de cualquier producto o material en su propia destrucción. El ejemplo sería la descomposición por fases de algunos materiales naturales.
Sin duda un tema apasionante que ya no es una opción sino una obligatoria estrategia industrial y política. El tiempo corre en nuestra contra y en la de nuestros hijos y diseñar un futuro mejor, vinculado a la tecnología, exige que atendamos el significado de un ‘mundo automático’ desde una óptica sostenible.