¿Por qué Amazon compra Whole Foods? ¿Que modelo de negocio está en juego realmente?
Todo lo que pasa con Amazon nos toca de cerca. Ahora más que nunca. Su apuesta en Barcelona, por ejemplo, es importante. Nuevos centros logísticos y nuevas oficinas para centralizar su operativa en el sur de Europa. Por eso, sus decisiones estratégicas nos importan y mucho. Amazon lleva intentando irrumpir en el negocio de la entrega de alimentos desde hace más de una década. Ahora lo va a intentar con, probablemente, la decisión definitiva. Comprar una cadena de supermercados. Comprando Whole Foods. Es su mayor adquisición hasta la fecha. Amazon ha acordado comprar la cadena de supermercados Whole Foods por 13.700 millones de dólares.
Todo lo que pasa con Amazon nos toca de cerca. Ahora más que nunca. Su apuesta en Barcelona, por ejemplo, es importante. Nuevos centros logísticos y nuevas oficinas para centralizar su operativa en el sur de Europa. Por eso, sus decisiones estratégicas nos importan y mucho. Amazon lleva intentando irrumpir en el negocio de la entrega de alimentos desde hace más de una década. Ahora lo va a intentar con, probablemente, la decisión definitiva. Comprar una cadena de supermercados. Comprando Whole Foods. Es su mayor adquisición hasta la fecha. Amazon ha acordado comprar la cadena de supermercados Whole Foods por 13.700 millones de dólares.
Aunque el acuerdo sorprendió a mucha gente, el gigante del comercio electrónico lleva mucho tiempo intentando entrar en el campo de los comestibles. Ya en agosto de 2007 dio a conocer Amazon Fresh pero tras diez años no se ha llegado donde la compañía esperaba. No obstante este es un mercado que mueve una ingente cantidad de dinero y Amazon no se iba a dar por vencida. Los comestibles frescos son la categoría más grande del gasto del consumidor en la venta al por menor que, por cierto, todavía no ha sido atravesada de manera radical por la implacable disrupción digital. Un informe reciente del Instituto de Comercialización de Alimentos y Nielsen encontró que el sector de comestibles de Estados Unidos podría crecer cinco veces en la próxima década, con los consumidores gastando más de 100 mil millones de dólares en 2025.
Amazon vio el potencial aquí desde el principio aunque Amazon Fresh todavía no ha penetrado socialmente de manera significativa. La venta de alimentos frescos requiere una experiencia más práctica que la entrega del paquete que Amazon hace. Muchas de las cosas que compras en una tienda de comestibles se estropean fácilmente, lo que significa que tienes que llevarlas a casa rápidamente. Además, alguien tiene que estar allí para recibir las mercancías. Eso puede ser complicado, dado que a Amazon le gusta optimizar rutas de entrega y paquetes de artículos para maximizar la eficiencia logística. Su gran baza y eso no se puede hacer con la leche o los huevos.
Eso explica que Amazon haya decidido apostar por los supermercados físicos. ¿De que se trata? ¿De Amazon analógico? ¿Un híbrido? Aun es pronto para saberlo. De momento sabemos que, en mayo, Amazon abrió dos tiendas en Seattle. Ahora expandirá el modelo a los 431 mercados de Whole Foods en Estados Unidos. La idea parece que pasará por un ‘pide desde una aplicación y pasa a buscarlo por uno de esos centros ‘logísticos’ de productos perecederos. Tal vez los 431 supermercados dejen de tener producto expuesto tal y como lo conocemos ahora. Amazon solo busca acercarse al consumidor, no tenerlo dentro.
Amazon nos explica como va a ser el centro físico del futuro. Como van a ser las tiendas, los supermercados, la relación entre cliente y vendedor. Nos abren una ventana al futuro inmediato. En diciembre, Amazon lanzó Amazon Go, un supermercado sin cajeros. De alguna manera Amazon intenta relacionar todos sus productos y puntos de contacto con el cliente. Está procurando que la compra la realice tu propio sistema de 'inteligencia artificial' doméstico, Amazon Echo, y si es preciso interactúe con su asistente de voz Alexa. Al fin y al cabo es para que en menos de una hora puedas pasar con tu vehículo por un centro Amazon de Whole Foods y que alguien te ponga tu compra en tu coche. Sin pagos, sin esperas, sin listas. Si me apuras, esa entrega parece más viable que nunca con uno de los drones que ya están funcionando actualmente en modo de pruebas en California.
Amazon ha comprado caro. Ha pagado a 42 dólares la acción, una saludable prima del 27% sobre el precio de cierre del día anterior. Eso demuestra que todo lo que se esconde detrás del ‘delivery’ perecedero es estratégico. Sin embargo aquí parece que todo el mundo gana. Todos menos la competencia. Phil Lempert, uno de los analistas de mercados en Wall Street más veteranos dijo que ‘cada comerciante recordará este día como el comienzo de una nueva era, y muchos deberían están asustados'. De momento nadie tiene que preocuparse laboralmente.
El ganador más obvio en el acuerdo es Amazon, que por 13.700 millones de dólares compra una plaza importante en un mercado Bezos ha considerado desde hace tiempo estratégico. Amazon fue disruptiva en la industria editorial y el comercio minorista en general, pero en el mundo de los alimentos y su entrega no lo ha logrado aún. Ahora sí. Locales físicos y una engrasada estructura de entregas. También ganan los accionistas. Si sucede lo mismo que pasó con la compra que hizo Bezos del The Washington Post, pueden estar contentos. Los consumidores también ganan, sobretodo los subscriptores de Amazon Prime que disfrutan del envío gratuito. Probablemente también se van a beneficiar la industria de los drones. Una cosa es la entrega ocasional de libros y otra es pasar a una entrega continua de productos perecederos.
Pero los grandes perdedores son Kroger, Walmart, y cualquier otra persona que venda alimentos. Si eso suena alarmista, considera el estado de las industria de los libros minoristas y editoriales, que durante algún tiempo ignoraron a Amazon como una seria amenaza. El anuncio de la adquisición de Amazon-Whole Foods es reciente pero tengo mucho interés en ver como afecta a Instacart. He invertido en su versión española, Deliverry y me interesa mucho ver como evoluciona el plan de expansión de la empresa norteamericana. ¿Estamos ante un cambio irreversible del modo de consumo de los productos perecederos? ¿Instacart va a empezar a comprar startups en otros países para adelantarse a la expansión de Amazon Fresh?
Lo único que sabemos a ciencia cierta es que la guerra acaba de empezar y que no hay sector ni categoría empresarial que no pueda sufrir de la noche a la mañana la disrupción que te haga irrelevante sino estás atento.
Amazon como ejemplo de la robotización laboral y la necesidad de repensarlo todo.
Amazon fue fundada en 1994 y ahora vale 247.000 millones de dólares. Sin embargo es sabido que la empresa no es muy rentable aunque ya salió de pérdidas. La política de márgenes y el plan de crecimiento tienen la culpa. Pocos saben que la empresa que empezó vendiendo libros a domicilio ahora es el mayor proveedor mundial de servicios ‘cloud’ por ejemplo. Por eso el objetivo final de la compañía gira entorno a un complejo sistema de relaciones comerciales que quieren ser una experiencia completa para el comprador en Internet. La logística, la nube, la entrega, son las puertas pero el objetivo es mucho más ambicioso y el tiempo le dará o no la razón a una apuesta tremendamente costosa que parece no importarle a los inversores por ahora.
Amazon fue fundada en 1994 y ahora vale 247.000 millones de dólares. Sin embargo es sabido que la empresa no es muy rentable aunque ya salió de pérdidas. La política de márgenes y el plan de crecimiento tienen la culpa. Pocos saben que la empresa que empezó vendiendo libros a domicilio ahora es el mayor proveedor mundial de servicios ‘cloud’ por ejemplo. Por eso el objetivo final de la compañía gira entorno a un complejo sistema de relaciones comerciales que quieren ser una experiencia completa para el comprador en Internet. La logística, la nube, la entrega, son las puertas pero el objetivo es mucho más ambicioso y el tiempo le dará o no la razón a una apuesta tremendamente costosa que parece no importarle a los inversores por ahora.
Pero, ¿cómo trabaja Amazon? ¿Es sólo lo que vende o los datos que obtiene con ese proceso comercial? Cómo todo en la red, la capa de datos es clave y en Amazon no es una excepción. Google te lo ‘regala’ todo y encantados de la vida les damos toda la información que nos pide. La mayoría de redes hacen lo mismo. Nada es gratis. Estamos pagando con el comportamiento que mostramos cuando buscamos un producto, cuando informamos dónde estamos, o cuando diferenciamos el tiempo que tardamos en aceptar una oferta. Detalles 'sin importancia' para nosotros que son muy sensibles para ellos.
Estuve en el almacén de Amazon en San Fernando de Henares durante la filmación del episodio ‘e-commerce’ del programa ‘Economía de Bolsillo’ y es realmente impresionante. Un monumental espacio que como todo en Amazon está impulsado por los datos. El rendimiento personal se comprueba, según el New York Times, continuamente con un software llamado Anytime Feedback Tool que ayuda a la eficiencia y al reconocimiento de algún elemento a corregir. Otro sistema digitalizado e inteligente guía a los empleados de manera directa. Cuando compras un artículo en su página, el sistema funciona de forma rápida e identifica en que lugar del almacén está ese producto. El sistema indica al empleado más cercano dónde está y cómo llegar a él. No se trata de aprender dónde están las cosas sino de simplificarlo todo. Casi a evitar que se piense. La máquina ya piensa en términos logísticos y de eficiencia, no es necesaria ninguna otra aportación humana.
Y casi mejor. Sería imposible aprenderlo pues debido a una fórmula algorítmica sofisticada, Amazon ha descubierto que es mejor no tener las cosas ordenadas sino en un aparente caos organizativo. Llama la atención que los productos no están organizados lógicamente, o por lo menos bajo la lógica humana. Los productos en los estantes no están organizados por categorías. Parecen colocados por azar. Un paquete de baterías puede estar cerca de cinco copias de ‘Una hormiga en París’. Un carrito de bebé está en el pasillo de fontanería. Todo tiene una lógica oculta, profunda, indescifrable para un humano.
¿Qué pasa luego? Cuando un artículo es seleccionado por un humano este lo escanea y empieza la fiesta. Durante todo su recorrido por el almacén, guías automatizadas, carriles y brazos selectores, recibe una serie de disparos que son más lecturas para saber que se va cumpliendo todo adecuadamente. Sin embargo todo esto tiene un objetivo que cada vez más se irá implementando. La sustitución humana de los trabajos que cualquier sistema automatizado pueda hacer.
La BBC informó que Amazon maneja un sistema que analiza los dispositivos de mano de los trabajadores que seleccionan productos en algunos almacenes a fin de medir los segundos que tardan en cada acción entre selección y selección. En el almacén de Hemel Hampstead, cerca de Londres, el trabajador ‘selector’ medio de Amazon puede recoger un millar de artículos al día. Depende del ‘recorrido’ que el sistema le conceda. Casi dos artículos por minuto. Si el tema es competir en ese campo está claro quien no va a poder con un sistema automatizado. El elemento humano es el eslabón débil en esa cadena de eficiencia.
Los nuevos sistemas de recolección de artículos basados en el Robot Kiva Systems puede estar apunto de jubilar un modelo de trabajo logístico en breve. De hecho Kiva es una subsidiaria de la propia Amazon y se dedica al desarrollo de alta tecnología robótica. La idea no es tener un brazo armado que recolecte y luego envíe los artículos. En realidad es la montaña que va a Mahoma. Esos robots que parecen la escoba automática que muchos tenemos en casa permite que sean las estanterías las que se muevan y se desplacen buscando el estacionamiento ideal para la recolección más eficiente. Luego, el bicho vuelve a su lugar de carga.
No obstante se nos dice que siempre harán falta humanos. Sus ojos, su criterio de calidad, la visión es imprescindible. Pues igual no. Existe otra compañía llamada ‘Sick’ (enfermo en inglés curiosamente) que ha inventado un equipo de detección que podría estar apunto de jubilar al ‘control de calidad óptico-humano’. El sensor visual del P30 Sick permite que ahorrar 10 segundos entre la detección del artículo y la colocación del mismo en el carril de entrega con respecto al tiempo que necesita el ojo humano. Un montón de dinero en definitiva.
Lo que me interesa del caso Amazon en cuanto a la automatización de procesos, la eliminación de trabajo humano y la sustitución de sistemas inteligentes centralizados es que siempre hay un resquicio que exige la intervención humana pero que, a la vez, siempre tiene la espada de Damocles ‘robótica’ pendiente de aniquilar su puesto de trabajo.
Las operaciones están cambiando y no sólo en Amazon, es generalizado. Según el Informe Anual de la Industria MHI 2016, se espera que la adopción de la robótica llegue al 74% en aplicaciones de manipulación de materiales en los próximos seis años. Actualmente no llega al 30%. Tengo ganas de ver cómo desde la política nos sugieren que se va a crear empleo en ese justo momento. Cuanto más ágil y sensible es un robot a los estímulos externos más útiles son para interactuar con los trabajadores humanos. En un entorno de distribución, donde la mayoría de las tareas son repetitivas, sencillas y físicamente exigentes, las ventajas de un trabajador incansable que no se aburre son evidentes.
Muchos siguen tranquilos pensando que los robots se limitarán a esas tareas repetitivas pero se olvidan que el desarrollo va en otro camino. En breve esos mismos robots serán capaces de hacer tareas inexactas e impredecibles en base a un grado de mayor conciencia del espacio, el objeto y el motivo de su ‘trabajo’. Y ahí se acabó lo que se daba humanamente hablando. La clave será el desarrollo de algoritmos de control adaptativo que permitan a los robots para reaccionar a su entorno en tiempo real. Esta tecnología ya existe, y fue visto en el Modex en Atlanta el pasado abril. La Science-Ficcion ha pasado a ser Fact-Science. Swisslog demostró que es compatible trabajar en algo arriesgado con un humano al lado. Su brazo robótico se detenía cuando identificaba riesgo para un ser humano.
Lo dicho, tengo ganas de saber como sus señorías definen un espacio de creación de empleo en cuanto se acabe el filón de la reubicación en la construcción y en el reparto hotelero de verano. Quiero saber como piensan crear empleo en un escenario de eliminación del mismo. ¿Jornada laboral reducida? ¿Renta mínima? ¿Qué tienen 'pensado'?
Perdón, ha sido sin querer…
Más pruebas de 'drones' entregando paquetes. Ahora Rakuten.
Ayer se supo que la Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos descarta la posibilidad de cambiar las reglas del espacio aéreo de baja altitud para drones al menos hasta 2019. Un duro golpe para las pretensiones de Amazon y su programa de entrega rápida de paquetería a partir de una flota de estos aparatos no tripulados y automatizados
Ayer se supo que la Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos descarta la posibilidad de cambiar las reglas del espacio aéreo de baja altitud para drones al menos hasta 2019. Un duro golpe para las pretensiones de Amazon y su programa de entrega rápida de paquetería a partir de una flota de estos aparatos no tripulados y automatizados.
El problema viene a partir de que estos artilugios comparten espacio aéreo con los que si lo están y la agencia precisa de tres años para finalizar una investigación que permita listar los requisitos que se deberán cumplir obligatoriamente si se quiere disponer de ‘autopistas’ aéreas para drones de entrega a domicilio.
Aunque a priori esto parece una noticia que da la razón a los que consideran que el empleo de repartidor o cartero no está amenazado, digamos que no sería del todo cierto pensarlo así. La noticia lleva implícita una resolución. Será en 2019 cuando se sabrá qué y cómo podrá transportarse, por dónde y quienes serán los que posean la certificación pertinente. Es decir, no es un cierre definitivo a la carrera empezada, en todo caso es el principio (legal) de un nuevo modelo de transporte que más pronto que tarde será realidad.
Ya hay ejemplos claros que así lo explican. Primero fue Zookal, una empresa australiana que vende libros, luego Amazon anunció sus planes de enviar paquetes a domicilio a través de drones y ahora el gigante Rakuten presenta sus pruebas piloto para hacer lo mismo. Incluso una de las startups participadas a través de su paso por la aceleradora Conector Startup Spain, Glovo, ha iniciado pruebas al respecto en la ciudad de Barcelona y que podréis ver en plena acción en uno de los episodios del programa 'Economía de Bolsillo' dedicado al e-commerce.
De éstas, Rakuten ha dado un paso más para liderar este escenario. El gigante japonés de e-commerce apuesta por revolucionar los sistemas de venta y reparto de sus mercancías. De hecho aseguran que el próximo 9 de mayo se iniciará en Japón el primer servicio de envío de paquetes con drones, con entrega automática de pedidos.
Este gigante minorista ha llamado a este servicio ‘Sora Raku’ y estará operativo inicialmente como un proyecto piloto de un mes en un campo de golf en la prefectura de Chiba, cerca de Tokio. La primera aplicación de envío de paquetes estará disponible para los socios del club deportivo Camel Golf Resort, que usará esta tecnología para hacer llegar a los jugadores snacks, bebidas y equipamiento de manera inmediata evitando que ningún humano tenga que intervenir en el proceso.
La idea de Rakuten es ir testando el nivel de aceptación de este tipo de servicio y de la utilidad del mismo en la eliminación de humanos durante el proceso. A través de la App que se asocia al proyecto, cualquier usuario del club de golf podrá hacer pedidos en cualquier momento sobre un catálogo de un centenar de artículos que irán desde material deportivo hasta aperitivos o bebidas. Una vez solicitado en apenas unos minutos el drone llegará al punto exacto de entrega y ‘dejará’ libre el paquete.
Está por ver como influirán las condiciones meteorológicas, la seguridad del resto de usuarios, la incomodidad que supone el sonido de las hélices o la falta de luz natural en un momento dado. Es evidente que el futuro de la logística pasa por la automatización, por la conducción no tripulada y por la gestión de datos masivos ‘big-data’ para ofrecer respuestas más eficientes y rápidas, pero está por ver como adaptamos la aparente ciencia-ficción que supone plagar el cielo de bichos de estos y las obvias limitaciones que supone en seguridad, comodidad cotidiana y equilibrio medioambiental.
En principio me interesa poco el uso o no de drones. Eso en principio parece más una anécdota sintética de la robotización del mundo. Lo que realmente es interesante es cómo a medida que se haga más denso el espacio logístico, éste funcionará coordinado e inteligentemente en base a criterios de analítica de datos.
Por poner un ejemplo. Cuando estás en uno de los almacenes de Amazon lo que sorprende es que todo lo que está allí preparado para ser empaquetado está clasificado bajo un aparente desorden. No están todas las flores juntas, no están todos lo títulos de un autor juntos, no están todos los balones, o cámaras de fotos juntas. No, un ramo puede estar junto a un balón y otro trescientos metros más lejos junto a unas gafas de sol. Eso es porque tienen contemplada una eficiencia integral que supone que cuando alguien compra un libro determinado (simplificando) es muy probable que pase a comprar un producto distinto de una tipología concreta, de ahí el 'desorden'.
Esto me interesa mucho más de momento, la culpa la tiene la FAA. A esperar hasta 2019.
Así nos verá nuestro propio coche autónomo en breve
La semana pasada un coche sin conductor recorrió una distancia de 599 Km. Salió de Vigo y llegó a Madrid. Durante el recorrido el vehículo ajustó su circulación en base a límites de velocidad, movimientos de otros coches y características de la carretera. Se trataba de un PSA Peugeot Citroen y repetía una prueba ya realizada entre París y Burdeos hace unos meses.
La semana pasada un coche sin conductor recorrió una distancia de 599 Km. Salió de Vigo y llegó a Madrid. Durante el recorrido el vehículo ajustó su circulación en base a límites de velocidad, movimientos de otros coches y características de la carretera. Se trataba de un PSA Peugeot Citroen y repetía una prueba ya realizada entre París y Burdeos hace unos meses.
Lo interesante del asunto no es tanto que lo lograra sino los primeros pasos en el cambio de normativas que permitan este tipo de simulacros. De hecho esta primera prueba en España necesitaba de una autorización de la Dirección General de Tráfico que llegó a tiempo. Lo que abre un nuevo escenario a seguir probando e, incluso, a que cualquier marca o proyecto en marcha que quiera aplicarlo al campo real pueda hacerlo.
Cada vez está más cerca y seguramente es cuestión de mucho menos de lo que pensamos que este tipo de vehículos circulen tranquilamente por nuestras carreteras. Tengo la impresión, no obstante, que la puerta de entrada no será el vehículo particular sino el colectivo.
De hecho pronto se podrán ver, dicen que en la primavera próxima, autobuses autónomos por las calles de Suiza. Será uno de los primeros ensayos mundiales de un vehículo colectivo autoconducido en la vía pública.
Estos vehículos han sido creados por BestMile y empezarán en la ciudad de Sion, en el cantón de Valais, lo que ya ha despertado las primeras protestas en el colectivo de transportistas y taxistas por cierto.
Se ha decidido legalmente que el período de prueba de este tipo de transporte sin conductor sea de dos años. Sólo tendrá permiso para desplazar un máximo de nueve personas y sólo lo hará en zonas turísticas del casco antiguo de la ciudad.
BestMile es una empresa que apenas tiene un año de vida y ha sido creada por estudiantes de la EPFL de Laussana que han logrado desarrollar algoritmos que permitirán a estos autobuses a desplazarse identificando obstáculos sin intervención humana.
La novedad es que una hipotética flota de este tipo de autobuses autónomos funcionarían como lo hacen los aviones. Estarán controlados por una especie de ‘torre de control’ que permitirá la intervención humana ante cualquier necesidad.
Aseguran que la prueba no precisará de este elemento al principio al tratarse sólo de dos vehículos, pero que de cara al futuro esta puede ser una muy interesante transición hacia un mundo de coches y autobuses autónomos con la sola intervención del hombre en lo que sería la supervisión del tráfico. De esto también, algún día, se harían cargo algún tipo de sistemas inteligentes independientes de personas.
Como siempre, el negocio está detrás de todas las evoluciones. Uber ha comunicado su voluntad de adquirir medio millón de vehículos autónomos para uso individual. Google, Apple y Tesla siguen con sus programas de desarrollo de coches sin conductor. Es muy notable el salto y la velocidad que está tomando todo. Las autorizaciones a probar e suceden y la legislación va bajando el listón como hiciera ya en algunos casos con el tema de los ‘drones’.
Los conductores de autobuses suizos ya se han puesto en alerta aunque de momento siguen opinando que los huanos siempre serán necesarios.
Para saber como es lo que ve un coche autónomo, cual es el modo por el que se guía para identificar su modo de conducción, el proyecto ScanLab ha publicado lo que ‘los ojos’ de un coche autónomo ve. Se trata de identificar peatones, volúmenes, semáforos y dificultades imprevistas. No es tanto un geoposicionamiento, es una integración en el espacio e identificar que tienen y que no delante.
Como decía, el Proyecto Scanlab nos ha mostrado gracias a un escáner láser en un Honda CR-V circulando por las calles de Londres. Aunque el coche estaba conducido por un humano, el ‘Light Detection and Ranging’ informaba de todo cuanto veía del mismo modo que lo hace un coche autónomo. Es como un radar o un sónar, mide tiempos, espacios y localizas objetos. Todo ello es gestionado por un software que actúa en consecuencia a tiempo real.
Os dejo con el video del New York Times que combina este sistema LIDAR con la de la propia ciudad. Así nos verá nuestro coche en breve.
La súper fábrica de Tesla y la política. Agítalo, a ver que sale.
Me pedía ayer una radio irlandesa que hiciera un análisis sobre las elecciones municipales y autonómicas en España. Creo que no les fui de gran ayuda. De hecho me agota la palabrería y la tertulia de café, estadística y escenarios, conversaciones de partido y de intereses que sólo interesan a unos interesados. Están con aquello de sumar ‘mayorías’ o del quítate tu que me pongo yo o viceversa. Nada nutritivo. El debate tiene escaso valor en el ‘quien’. Lo realmente destacado sería el ‘que’. Seguimos peripuestos en el andén y el tren sigue pasando. Y se va.
Me pedía ayer una radio irlandesa que hiciera un análisis sobre las elecciones municipales y autonómicas en España. Creo que no les fui de gran ayuda. De hecho me agota la palabrería y la tertulia de café, estadística y escenarios, conversaciones de partido y de intereses que sólo interesan a unos interesados. Están con aquello de sumar ‘mayorías’ o del quítate tu que me pongo yo o viceversa. Nada nutritivo. El debate tiene escaso valor en el ‘quien’. Lo realmente destacado sería el ‘que’. Seguimos peripuestos en el andén y el tren sigue pasando. Y se va.
Por poner un ejemplo sencillo de cómo se es permeable a los cambios y a la adaptación del futuro inminente. Si miramos el mapa europeo de dónde se puede y dónde no atender a un modelo Tesla, un coche diseñado y fabricado por la empresa que lidera Elon Musk, veremos el agujero histórico en el que nos encontramos. Cierto que el jefe de la marca aseguró que a finales de 2015 en España habría 12 estaciones de ‘súper carga’, pero de momento lo que es, es lo que ves.
Tesla es una compañía que ha logrado comercializar de manera importante su vehículo eléctrico. Puedes reservar el vehículo ‘aspiracional’, de lujo pero eléctrico, Modelo X pagando 5 mil dólares por anticipado y asegurarte su entrega en un buen tiempo.
Sería algo así como una nueva versión de Apple según algunos. Su historia es la historia de una guerra contra el poder de un sector, el de los coches, que sigue lejos de entender la que se le viene encima. De hecho, durante un tiempo, Tesla tuvo prohibida la venta en algunos estados americanos. Ahora, una vez su rentabilidad es pública y su plan definitivo acerca del uso de baterías que revolucionarán el sistema energético mundial, la vuelta atrás es imposible.
Las empresas lideran la innovación, eso es una evidencia. Nuestras vidas dependen en gran medida de que las compañías disruptivas ejecuten sus proyectos. Vivimos en un día a día muy distinto al de nuestros padres debido a la irrupción de diferentes artilugios, sistemas, inventos, productos o redes que surgieron en alguna empresa. Los cambios en términos energéticos no sólo son una opción económica, de gustos o de capacidad, es una innegable obligación sostenible. Tesla es una de esas empresas que se han lanzado a una conquista transversal a partir de un proyecto inicial. Del coche eléctrico se ha pasado a la batería cotidiana.
Y ciertamente ahí está la clave del asunto. Lo del coche tiene su cosa pero ya sabéis que en mi manera de ver la movilidad futura aparece más destacado el coche automático y, a medida que las leyes se adapten, un modelo de uso socializado del automóvil será la tónica en las grandes ciudades.
Por eso, cualquier noticia al respecto de lo que está preparando Tesla acerca de las que se salten a todo un modelo energético establecido es algo interesante de analizar. En España ya sabemos que no hay intención de apostar por un modelo que penalizaría a las grandes compañías y que, para eso está, la política piensa trabajar duro a fin de asegurar sus modelos actuales. Y así nos va. Así veremos alejarse ese tren que en otros lugares abrazan con entusiasmo.
Y la cosa avanza rápido. Con medio millón de metros cuadrados y un costo de inversión de 5 mil millones de dólares, Tesla construye la fábrica de baterías más grande del mundo en Nevada. A pesar de que hay un video que muestra la gigantesca construcción, en ese video parece ser que sólo aparece una cuarta parte de lo que acabará siendo. De hecho con ese tamaño no sólo será la factoría de baterías más grande del planeta, probablemente será una de las tres más grandes en términos generales que se puedan ver en el mundo. Su nombre ha empezado a ser el de ‘Gigafábrica’.
Si bien los planes de Tesla es empezar la producción de baterías en 2017, parece ser que la creación completa del paquete de estas baterías estará a principios de 2016. Momento para empezar a pensar en serio en ello pues los pedidos que ya tienen hace pequeña la propia intención inicial.
Los números son impresionantes. En los primeros días de reservas desde que se anunció la batería, Tesla recibió órdenes de compra por valor de unos 800 millones de dólares según Bloomberg Businesss.
Todo aquel al que le entusiasme la idea de un futuro de energía solar barata puede hacer una reserva online, con años de anticipación, sin pagar un adelanto. Es increíble pensar que desde ya mismo no hay modo de que Tesla pueda hacer frente al nivel de demanda que reflejan las primeras reservas. La gigantesca planta originalmente iba a destinar unos dos tercios de su producción a las baterías para vehículos eléctricos y ya están pensando que igual se les ha quedado pequeña antes de empezar.
Como decía, mientras tanto, en el Reino, se sigue pensando más en que nadie toque el chiringuito de algunos que en proponer opciones energéticas disruptivas y que a buen seguro liderarán los cambios inminentes.
Drones que sustituyen inspectores. Un paso más.
La organización mundial líder en el campo de los seguros y que tiene clientes en más de un centenar de países, controla una de las redes más extensas de ‘Daños y Accidentes’ del mundo. AIG cotiza en la Bolsa de Nueva York y en la de Tokio. Por eso no es una anécdota más que la FAA, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, aprobará la semana pasada una solicitud para operar ‘drones’ no tripulados para realizar inspecciones cuando así lo exija una evaluación tras un evento catastrófico.
Es decir, la FAA permitirá a AIG que remplace a los inspectores humanos por drones. ¿A que parece de sentido común? Pues lo que parece y lo que hasta ahora era son dos cosas muy distintas pero que no dejan de dirigirse hacia el mismo lugar: lo inevitable. Esta petición había estado en la mesa de la FAA durante muchísimo tiempo y la negativa, cómo le sucedía al gigante del comercio electrónico Amazon, era reiterada. ¿Qué ha cambiado? ¿Por qué ahora se empieza a aceptar que un ‘drone’, que en la mayoría de los casos funcionará de manera autónoma y no por control remoto, pueda ser un elemento aceptable para los estamentos de aviación?
https://www.youtube.com/watch?v=jHGFJdlQF0o
La respuesta es la misma que debieron tener en múltiples ocasiones aquellos que recibían el no a la teléfonos inalámbricos por no se que reglamento de ‘las ondas’ o cuando de repente un auto a motor irrumpía por las calles atestadas de carrozas y caballos. El mundo va de eso, de progresar y hacerlo de la mano de la tecnología, más rápida, más eficiente y, siempre, capaz de ser limitada a un uso adecuado.
Las negativas y las puertas al campo irán abriéndose. Ahora es un ‘drone’ para la mayor aseguradora del planeta con libertad de movimiento, el año que viene automóviles sin conductor circulando por el centro de Londres, en breve la aceptación que una plataforma determinada se lleva por delante modelos de negocio que ya no pueden mantener su mecanismo atrapado en lo tangible cuando hablamos de intangibles. Así pasó antes y así pasará ahora.
La noticia que hoy aporto no lo es tan solo como hecho comercial. No es sólo un ejemplo de cómo una empresa puede aprovechar una tecnología disponible para abaratar inspecciones, costes de revisión y minimizar riesgos personales. No, también es la derivada de que supone negarse a lo evidente o lo irremediable. Hablamos de empresas comprometidas en la mejora de sus sistemas y procesos, donde la tecnología de vanguardia como el ‘UAV’ es claramente un exponente de ello.
La importancia de la noticia radica en sus derivadas. AIG ya ha establecido un programa de investigación y desarrollo de UAV internacional para sus vuelos en Nueva Zelanda que ya está realizando. Estos vuelos han proporcionado información valiosa sobre tecnología, operaciones de vuelo y técnicas de recolección de imagen que se incorporarán en la estrategia UAV global de la compañía. La presencia global de AIG pone esta autorización en una de las más importantes hasta la fecha en materia de vuelos ‘no tripulados’ y autónomos.
En la sala de espera de esta revolución siguen sentados otros. Impresión tridimensional que se va a llevar por delante los procesos de producción y el cómo entendemos toda la cadena de valor que va desde la fabricación y el consumidor final, las plataformas sociales que se ventilaran las relaciones comerciales asumidas con normalidad hasta ahora, la automoción que dejará de ser como la visualizamos en nuestros días, la relación entre objetos y personas y el uso bíblico de los datos que suministramos cada vez que respiramos. Todo eso es parte de lo que viene y viene para mejorar el mundo.
La tarea será que seamos capaces de utilizar todos esos mecanismos para acomodar nuestra sociedad en un espacio mejor donde los sueños de cada uno tengan más opciones de alcanzarse y no lo contrario. Cada tiempo tiene sus grietas y la nuestra se está abriendo ya, sin demora, pero podemos verla, esa es la diferencia con otros momentos de la historia. Una crisis social y de valores que tendremos que confrontar para que cada uno de los avances que estamos viviendo no se conviertan en lo contrario de lo que deberían de ser.