Economía, Negocio, Politica, Prensa, Sociedad Marc Vidal Economía, Negocio, Politica, Prensa, Sociedad Marc Vidal

Cuanto antes aceptemos esta revolución antes lograremos disfrutarla

Hay sectores que son más sensibles a los cambios o los perciben con mayor intensidad. El mundo de la comunicación, por el mero hecho de ser tecnológicamente proclive a adaptarlos y así corresponder con el universo cambiante de sus clientes, se convierte muchas veces en la antesala de los cambios más interesantes en el futuro inmediato.
Hoy sabemos que Google amenazó con desindexar en sus búsquedas a diversos medios de comunicación alemanes que, por vía legislativa, exigen al gigante americano pagar por los contenidos indexados que el primero posea de los segundos. De hecho lo que hace Google es dar un paso atrás ante una incomprensible normativa, atendiendo a los tiempos y al formato de lo que hablamos, y decidir darle la vuelta al asunto.

Ahora Google genera casi medio millón de páginas vistas en esos medios gracias a que los alemanes acceden a la información previa búsqueda. Los enlaces que se generan proporcionan beneficios con toda seguridad. De hecho, Google cifra que esos 500.000 accesos a páginas de noticias alemanas proporciona entre 12 y 16 céntimos de euro.

Lo cojas por donde lo cojas cuesta entender la lógica de la normativa atendiendo a un universo con la cadena de valor tradicional distorsionada por los bits. A partir de ahora Google solo mostrará el títulos y el enlace. Ya no sumara ni imágenes ni contenido. La deconstrucción de procesos se instaló ya en nuestro modelo productivo y de gestión. Nuevos se van creando y nuevos son los modelos que los ejecutan. Ya nada es tan claro como diferenciar entre generador de contenido, soporte donde publicarlo, consumidor, intermediario, gestor de acceso, interpretador de titulares, opinador, establecimiento de flujos de lectores, estimulador de plataformas que redirigen el tráfico, etc. Si en apenas unas décadas todo el plan de gestión de una empresa era el de tener claro cada día lo que le tocaba a todo el mundo hacer, eso ha cambiado radicalmente.

En esta guerra, que podría reproducirse en otros países como España donde tenemos normativas del siglo XIX aprobadas en el XXI, Google avisa que está dispuesta aceptar la petición individual de cada uno de estos medios para que sus contenidos sean indexados al completo de forma gratuita. La verdad es que no admitir el beneficio que le da a los medios de comunicación este tipo de accesos es surrealista.

Y en esa guerra estamos. Tiene que ver con la aceptación de nuevas reglas basadas en un innumerable volumen de nuevas herramientas, un universo que casi hace ridículo mantener ‘por que si’ las aduanas del pasado. Si queremos preservar las hectáreas de conocimiento, razonamiento, información, debate y distribución de la inteligencia que el periodismo supone, deberán poner de su parte. Menos subvenciones para soportar redacciones del siglo XIX, menos leyes que estrangulen el progreso y la lógica de nuestro tiempo y más implicación social y empresarial en la construcción de los canales por los que nos hacemos mejores ciudadanos gracias a la información.

Si la prensa quiere ser negocio no debería de agarrarse a un modelo de pago, protección y negocio que, por suerte o desgracia, tiene que ver con la vida actual. La prensa del futuro inmediato es un negocios adecuado a nuestro nuevo tiempo tecnológico, social, inmediato, robotizado y automático, pero garantizando el implacable factor humano que repercute en el análisis de nuestra realidad y ese factor también esta en el nuevo modo en el que el usuario-lector accede a la información. Eso ya no es un patrón reservado a la decisión de un poderoso que ahora se encuentra con otro poderoso que le ha cambiado las reglas. Unas reglas que mientras le fueron bien ni quiso tocarlas. Google ahora es más poderoso que todos los medios juntos y eso molesta a quienes atesoran siglos de monopolio informativo. Y apelar a que Google News es un ‘monopolio’ y por eso hay que exigirle un canon es, o no entender el momento y de que se compone o voluntariamente procurar que las cosas no evolucionen cuando te van en dirección contraria a donde te interesa.

En plena batalla por la adecuación de los medios este cambio de época, algunos se esfuerzan en delimitar no ilimitado y otros toman decisiones duras que esconden los pliegues del futuro. Los propietarios del periódico The New York Times anunció que iba despedir a un buen número de trabajadores para hacer frente a la pérdida de ingresos por publicidad e invertir en su futuro digital.

Obviamente no es el único medio escrito que hace esto, ni será el último, pero el discurso contrario e inmóvil que mantuvieron en el pasado cayó por su propio peso. Hay que pensar que vamos a hacer en un mundo donde millones de acciones desarrolladas por humanos en breve las harán sistemas inteligentes. Como hicieron nuestros antepasados en cada Revolución tecnológica, nos toca a nosotros protagonizar esta, mucho más rápida, radical seguramente e intensa. Alégrate, estás en medio de una franja de la historia irrepetible.

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Cortafuegos que avivan llamas

Mientras La revista The New Yorker pone su archivo online disponible de forma gratuita otros limitan incluso los enlaces que puedes ‘regalarles’. Estamos acostumbrados, por lo que no nos asombra, a ver como desde los espacios de decisión política se intenta narcotizar a la sociedad cada vez que esta toma las riendas de su propia existencia. Además como son lentos de narices, como eso del progreso les pilla lejos, no suelen actuar hasta que las cosas ruedan y les rozan. Ahora toca, ante la incredulidad de medio planeta, atender de nuevo a los grupos de presión frente a la lógica de los tiempos que vivimos y vienen.
La deconstrucción de procesos se instaló ya en nuestro modelo productivo y de gestión. Nuevos se van creando y nuevos son los modelos que los ejecutan. Ya nada es tan claro como diferenciar entre generador de contenido, soporte donde publicarlo, consumidor, intermediario, gestor de acceso, interpretador de titulares, opinador, establecimiento de flujos de lectores, estimulador de plataformas que redirigen el tráfico, etc. Si en apenas unas décadas todo el plan de gestión de una empresa era el de tener claro cada día lo que le tocaba a todo el mundo hacer, eso ha cambiado radicalmente.

En la prensa, pero también en la construcción, en el sector agrario, en la bolsa, en los mercados en muchos lugares, la clave del éxito estaba en que todos los integrantes de una estructura tuvieran claro que les tocaba hacer al despertar cada mañana. Romper esas cadenas suponía un deterioro en el proceso que repercutía en graves consecuencias. Imaginemos el campo donde todos los integrantes de una granja tienen claras sus funciones, taras y actividades durante todos los días de la semana y horas del día. Eso nunca cambió y permaneció siglos igual.

Hoy en día nada es así y los procesos ya no pertenecen a los protocolos sino a los análisis de necesidad, riesgo y acción. Esa deconstrucción de procesos ha llevado a industrias poderosas a reinventarse. Establecer modelos que amputan la libre evolución de los tiempos y generan barreras legales bajo el tinte de la ‘regulación’ no hace más que retrasar lo inevitable, y en este caso atendiendo al momento histórico que vivimos, ese retraso puede ser definitivo y fatídico. Ahora con una ley que pretende dar pasos hacia atrás el asunto se torna aun más dramático.

La Comisión que ayer discutía la aprobación del canon AEDE cuyas implicaciones nos afecta a todos de forma directa e indirecta. Por supuesto, un debate acerca de las afectaciones tecno sociales y digitales de una ley fue discutido por ‘expertos’ que no entienden de tecnología, de Internet o del uso social y económicamente exponencial que supone todo ello para el progreso de una sociedad que debe liderar los cambios inminentes. Discutida una ley que puede amordazar a una sociedad y a sus empresas de manera irremediable por aquellos que solo oyen las presiones de la ‘Industria’ de contenidos.

Ayer me decía alguien afincado en Boston que las noticias que le llegaban de la ley esta las estaba ‘ordenando’ en la misma carpeta temática donde tiene algunas recientes sobre Turquía, China o Irán.

Algo tan básico como ‘el derecho a la cita’ quedará eliminado a la vez que se derrumbará con él la propia ‘libertad de expresión digital’. Esto no va contra Google, esto va de salvar medios grandes y de paso cargarte los molestos más pequeños, que por casualidad responden muy bien a la dicotomía viejo/nuevo. Si no te has dado cuenta, esto va de callar y escuchar. Va de crear cortafuegos que eviten la expansión de modelos de negocio o campos de transmisión del conocimiento que pudieran afectar a los de siempre. El Canon AEDE permitirá que todos los medios afiliados a esa organización cobren una tasa a todas las webs que se considere se beneficien por hacer citas de contenidos publicados por dichos medios. Esto será unidireccional pues los beneficios que puede obtener un medio por recibir visitas desde el ‘enlazador’ no parece que se tengan en cuenta.

Los medios tradicionales ya no logran ser rentables en la mayoría de los casos y en lugar de reflexionar sobre el modelo de negocio, sobre las implicaciones sociales de un tiempo exponencialmente cambiante y sobre la hipersociedad conectada a millones de complejos sistemas de consumo de datos, para así crear algo nuevo y ser mejores, prefieren prohibir, sancionar, cobrar con modelos caducos y poner puertas en el campo de las reglas de la Nueva Economía.

Es casi como una suerte, no obstante, que quien legisla no se entera de la misa la mitad. Al parecer, si no se paga, un juez establecerá la limitación de acceso desde España a la web en cuestión. Si está en servidores nacionales los cerrará, multará o juzgará. Si están en máquinas fuera de España y afectados por legislaciones que no penalizan los enlaces a medios, podrá decidir que a esa ‘IP’ no se podrá acceder. Sus señorías van a tener mucho trabajo. No me imagino, aunque en esta vida todo es factible, queriendo acceder a Google News y descubrir que España lo ha baneado. Técnicamente lo que defiende la ley es que Twitter no podrá permitir los links o Facebook deberá evitar que los enlaces a webs españolas no sean susceptibles de denuncia. Va a ser divertido.

Obviamente el Gobierno no pretende que Facebook o Twitter paguen un canon por el hecho de que sus usuarios enlacen noticias en sus muros. Supongo que no esperan hacer eso por lo imposible de aplicar. Lo que nos demuestra que las deficiencias de conocimiento de estos temas por parte de los que lo están votando es brutal, pues no entienden de tecnología ni de Internet.

Y es que esto de ser super europeo pero legislar a tu bola es como muy chusco. Este tipo de arreglos legales que se monta de tanto en tanto el gobierno español, en este caso secundado por otros partidos drogodependientes de salir bien en las portadas de la mayoría de esos medios defendidos, deberían de pasar por la ratificación de tratados internacionales pues la verdad es que tiene una pinta de papel mojado que no te cuento. Casi tan mojado como aquella ley de emprendedores que ahora ya no es ‘cool’ recordar por cierto.

Otra cosa será el análisis de la justificación de los susodichos. Dicen que enlazar a una noticia poniendo en el texto del enlace un titular infringe la propiedad intelectual. Con ello se cargan de un hachazo el ‘derecho de cita’ que ampara la utilización de frases sueltas de un texto incluido el título. En EEUU existe lo que se llama ‘fair use’ y que se comporta aun con mayor flexibilidad que nuestro europeo ‘derecho a la cita’. La imagen patética de esos legisladores ayer atendiendo con voces dubitativas, preguntas fuera de contexto y falta total de conocimiento de lo que discutían era la prueba más visible del tamaño de la paradoja.

Probablemente lo que si debería de cambiar es la propia ley de la Propiedad Intelectual que desde su nacimiento es un error conceptual como va demostrando el peso de lo razonable. Ya quedó demostrado con aquel truño de ley que en la mayoría de espacios de poder culturales, políticos y mediáticos hay demasiada gente que no entiende cómo circula la información en Internet, y los pocos que la entienden creen que no les conviene.

Resulta que el acceso a la información actualmente proviene de muchas fuentes. La red ha permitido que la información sea fácil de transferir. Como ha pasado con miles de otros activos. Eso ha permitido que nacieran medios y herramientas de lectura de todo ese contenido que nos permitan acceder de manera ordenada a tanto material. Mename, Flipboard, Zite, Feedly o Google News, pero también Facebook, Twitter, Google+, Linkedin y otros estructuran sus páginas en base a miles de enlaces y contenidos provenientes de medios diversos, ya estén ilustrados o no, con entradillas o no.

el artículo 32 del texto en cuestión: “La puesta a disposición del público por parte de prestadores de servicios electrónicos de agregación de contenidos de fragmentos no significativos de contenidos, divulgados en publicaciones periódicas o en sitios web de actualización periódica y que tengan una finalidad informativa, de creación de opinión pública o de entretenimiento, no requerirá autorización, sin perjuicio del derecho del editor o, en su caso, de otros titulares de derechos a percibir una compensación equitativa. Este derecho será irrenunciable y se hará efectivo a través de las entidades de gestión de los derechos de propiedad intelectual”.

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Aún no se saben los límites, pero podría ser que los que escribimos blogs también tengamos que pagar el canon por enlazar si se determina que ‘incurrimos en la práctica de agregación’. Obviamente eso tiene un remedio rapidito: no enlazo a ninguno de esos medios ‘protegidos’ y santas pascuas. De hecho tiene una pinta tremenda que la ley y la protesta puede generar un efecto Streisand potente como ya pasó con otros casos de otros tipos.

Obviamente estamos ante un pago de favores. Se espera frenar la crisis que viven los medios y culpando a Internet. Se trata de obstaculizar el crecimiento de los nuevos medios y de paso asegurarse el control de algo incontrolable. Obviamente ni la crisis de los medios tradicionales tiene que ver solo con ‘los enlaces’ ni los medios emergentes dejarán de nacer y crecer.

Esta claro que usar ‘conocimiento’ no implica usarlo, ni transferirlo implica perderlo. La sociedad que se está construyendo en paralelo a la política y al poder, la gestión social del aprendizaje y las relaciones humanas ya ha dado algún susto a los ‘que mandan’ pero parecen no darse cuenta de la velocidad a la que va todo esto. Y es que el ‘conocimiento’ es abundante pero la habilidad para usarlo es cada vez más escasa en algún estamento caduco y más intensamente nutritiva en los espacios sociales.

Lo dicho, que a sus señorías, al contrario de lo que creen estar logrando, el tiempo les va a exigir que se den prisa en adaptarse al mundo, pues el mundo no va a adaptarse a ellos.

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A pesar de todo, los 'drones' repartirán

A pesar de todo y contra todo, el peso de lo razonable se irá instalando. Amazon, por ejemplo, insiste en que sus envíos en el futuro puedan ser gestionados por ‘drones repartidores automáticos. De momento ya ha pedido permiso al gobierno de los Estados Unidos para poder hacer algunas pruebas.
En un futuro no muy lejano caminaremos por las ciudades y un dron de Amazon nos sobrevolará con un paquete destinado a cualquier vecino. Lo que a unos les parece una locura, una agresión a la lógica, algo parecido a lo que se dice de Uber con respecto a los taxistas o a lo que se dijo hace unos años sobre la música y Napster, resulta ser, no obstante, el método más eficiente y directo de retirar todo tipo de fricción en la cadena de valor y de transporte derivado.

El mandamás de Amazon ya dijo que su objetivo es crear, a través de Amazon PrimerAir, un modelo de gestión logístico que permita tener en el poder del comprador cualquier paquete de menor tamaño en menos de media hora. El comercio electrónico instantáneo. En el futuro, el propio dron podrá manejar datos y gestionar transacciones, derivar descuentos e incluso sugerir compras de última hora.

Considerar los drones como una injerencia en el espacio es no aceptar los beneficios que a su vez nos pueden aportar. Todo instantáneo, eficiente y sin errores. La intervención humana sería muy menor, lo que, ya sabemos, evita problemas visto lo visto.

Sin embargo la Administración Federal de la Aviación de EE.UU negó esa posibilidad en primera instancia alegando que ‘el uso de drones comerciales para reparto es algo que debe estar regulado y porque faltaba mucha información acerca del funcionamiento y alcance del proyecto’. Preguntas como ¿volarían muy alto? o ¿por zonas pobladas?.

De todos modos Amazon ha pedido permiso a la FAA para desarrollar el PrimeAir y hacer pruebas cerca de su sede en Seattle, por lo que ya sabemos que el peso máximo de los drones rondaría los dos kilogramos y, por derivación, la carga no sería muy superior. Según se estima por los ingenieros de Amazon los trayectos aéreos seguirían trayectos lineales que reproducirían en el aire las carreteras, autopistas o calles. De ese modo la afectación a peatones sería mínima en caso de caída o colisión inesperada. La FAA ha dicho que necesita estudiar de nuevo el tema, pero ya no se ha negado de plano.

Hay profesiones que van a desaparecer de la noche a la mañana se pongan como se pongan, se manifiesten donde se manifiesten o chantajeen a los gobiernos que chantajeen. Tarde o temprano habrá un equipo político en algún lugar que aceptará como evidente que los tiempos han cambiado y que la tecnología impone sus reglas por la eficiencia y la exactitud.

Es cuestión de tiempo, solo de eso, pero en breve veremos manadas de drones cuadricópteros montados en camiones de reparto y despegando puntualmente a medida que se acercan a sus destinos establecidos desde una plataforma digital. En Amazon aseguran que ‘la eficiencia de estos repartidores aumentaría si en vez de hacer repartos del punto A al punto B, lo hiciesen desde el camión a la puerta del cliente. Técnicamente el repartidor no tendría que volver a pararse en una ruta, tan solo desacelerar y dejar que el dron haga la entrega.

La insistencia en paralizar el progreso por miedo o por que no afecte al sillón de Alcántara, la visa oro corporativa y la tranquilidad dominguera de saber que lo tuyo no lo toca ni Dios, no durará mucho. La vida es como es y el peso de lo inevitable es plomizo. Lo fue con la Spotify, lo será con Airbnb, con Uber, con decenas de proyectos que van llegando y otros que esperan pacientemente su momento.

Ver en la tecnología a un agresor es ridículo. Insistir en el discurso de que los ‘robots nos quitarán el empleo’ roza una especie de ‘tecnoxenofobia’. ¿Tan difícil es aceptar que la tecnología no hace más que aprovechar determinados factores de un modo más eficiente a fin de permitir que los costes ya sea en logística, coordinación, comunicación, organización o lo que sea, sean mucho menores y así generar un punto de encuentro entre demanda y oferta con ventajas para ambas? ¿No es fácil de ver que eso no tiene vuelta atrás? ¿Por qué insistir en paralizarlo con regulaciones complejas, intervencionistas y que, como en el caso de Uber, solo buscan salvaguardar modelos económicos del pleistoceno?

Los contrarios a Airbnb, PrimeAir, BlablaCar, Uber u otros dicen que todo esto deshumaniza el comercio y el trato entre cliente y empresa. Eso no se aguanta ni con pinzas de madera. El caso del primero, Airbnb, es paradigmático. Miles de propietarios utilizan sus propios pisos, los alquilan sencillamente, cómodamente y procesan aspectos desde le punto más humano posible: el dueño espera al cliente, lo conoce, le habla y hasta se mejora el trato final. Pues eso que lo mismo pasa con el ‘taxista Uber’ que ofrece valor añadido informando, generando transacciones en paralelo de otros servicios y el cliente. (Acepto que un dron no es muy humano, pero ya hemos hablado alguna vez que Google está comprando empresas que desarrollan robots que puedan caminar hasta la puerta de tu casa y darte conversación si es preciso).

Por mucho que insistan, el muro sigue construyéndose. A un lado quedará gobiernos, empresas y ciudadanos que sigan estimulando restricciones, propuestas artificiales y normativas incoherentes con los tiempos que vienen y nos tocará vivir. Nuestros hijos circularán entre drones voladores, reservaran hoteles directamente por habitaciones, interacturaran con software legal que les defenderá en juicios y causas, establecerán lecturas organizadas en diarios escritos por robots, atenderán a sus clientes desde lugares remotos y asistidos por diferentes modulos digitales. Todo eso pasará en menos de diez años. Hay países que legislan y estimulan a sus startups para que vayan construyendo en ese camino y otros que siguen creando normas del siglo XIX. Que no sufran, que nos dejen hacer. Todo vendrá.

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Invertimos en domótica con iOmando.

Hace días que sabemos del apetito de algunas grandes compañías del mundo por todo lo que tiene que ver con la domótica y, por derivación simple, por la Internet de las cosas. Google inició esta particular competición hace un tiempo con compras que insinúan por donde van los tiros del futuro inmediato.
Microsoft, ahora, se ha lanzado a ese campo de juego con agresividad y está ofreciendo todo tipo de apoyos a startups basadas en el desarrollo de la domótica. Es más que probable que el futuro de la tecnología más inmediato tengo mucho que ver con la domótica, con la capacidad de que diferentes dispositivos o artilugios interactúen de manera inteligente y de un modo eficiente atendiendo al contexto en el que se encuentren.

Microsoft, Apple o Google buscan con diferentes programas cercanos a la domótica monitorizar la evolución de pequeñas empresas y startups que en el futuro puedan ser interesantes de adquirir. Está claro que la domótica esconde mucho todavía. Ideas, emprendedores y proyectos que se acumulan en aceleradoras y eventos. Sólo algunos despuntarán y se acercarán al magma imperfecto de empresas que están definiendo el futuro.

En ese punto exacto, el de encontrar startups en condiciones de ser interesantes en el futuro cercano, se engloba la entrada societaria que hemos hecho en iOmando a través del vehículo inversor que representa Sitka Capital y la dirección de Idodi.

IOmando es un servicio para abrir puertas y gestionar accesos desde dispositivos móviles, tales como smartphones. Mediante una app móvil permité accionar cualquier tipo de mecanismo electromecánico, ya sean puertas de parkings, peatonales o vallas.

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La verdad es que hay proyectos que ya sabes van a ser un éxito cuando los ves por primera vez. En este caso, IOmando funciona perfectamente y responde a un criterio de retirada de fricción en la economía digital, tecnología y domótica, atendiendo claramente a evoluciones futuras que conecten inteligencia artificial, dispositivos físicos e Internet de las cosas. El equipo que lo lidera así lo piensa y en la medida que pueda mi ayuda irá encaminada a generar ese area de analisis y desarrollo.

Iomando sabe que el tradicional mando a distancia es un producto inseguro, incomprensiblemente caro y de fácil extravío. Todos los usuarios llevan años usando diariamente estos dispositivos que prácticamente no han evolucionado en los últimos 50 años. Cada vez que se estropea un mando, resulta una incomodidad tener que mediar con el administrador para conseguir uno nuevo y efectuar el pago de 40 € por cada dispositivo.

El sistema de apertura de parking desde el teléfono móvil es un elemento altamente atractivo para el usuario. Éste se beneficia de poder integrar todos sus mandos en un mismo dispositivo y la posibilidad de gestionar los permisos de los usuarios. Todo ello con un coste sustancialmente menor al de los mandos de parking existentes y una mayor seguridad asociada al servicio.

Trabajar con startups es gratificante, hacerlo en entornos como la IoT aún más. Iomando es una de esas empresas con formato y patrón necesario para ser atractiva en un futuro próximo para cualquiera de las grandes compañías de las que hablábamos al principio.

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Mis 'glass'

Ayer supimos que Google ha decidido abrir su programa Glass Explorer al Reino Unido y, por lo que he podido saber, probablemente a Irlanda también. De hecho será la primera vez que se venderán fuera de los Estados Unidos. Será, por cierto, por unos ciento cincuenta euros más que allí.
Se sabe que Google se ha obsesionado con el uso doméstico y normalizado de este dispositivo. Ha estado trabajando en el rediseño de las propias ‘gafas’ a fin de que se conviertan en un objeto no tan solo útil sino también atractivo. Acuerdos con Diane von Furstenberg o la misma Luxottica es evidente que pondrán a las Glass en el espacio de las ópticas y no sólo de las tiendas de ‘electrónica’ aplicada.

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Estamos cada vez más cerca de la dimensión doméstica de todo este universo ofrecido en una minipantalla a milímetros de nuestros ojos. La explosión de efectos y opciones nos llevarán a un planeta repleto de datos añadidos que complementarán la realidad. Hablamos de la verdadera ‘realidad aumentada’ pues es a partir de la observación ‘real’ de la misma que se superpondran aquello que sea relevante.

Me imagino el modo de comprar en el futuro. De hecho trabajar en aplicaciones que permitan el acceso visual en tus Google Glass al precio del producto y sus detalles, a comparativas con otros de la competencia, a videos demostrativos, opiniones, características, estado de tu cuenta bancaria, simulación de cuotas o lo que sea cuando estés frente a un producto que quieras comprar.

Hace pocos días conocimos la iniciativa de GuidiGo que permitirá guiarnos por los museos del mundo a partir de la información que se pueda acceder a tiempo real y sobre la propia obra que veremos. La aplicación ya es capaz de identificar la obra que estamos mirando para ofrecer información adicional como texto o videos, solo basta escanearla con la cámara y la información se muestra en pantalla. Esto mismo se deriva en infinidad de opciones más allá del arte. Piensa en todo cuanto precisa de información añadida y estarás ante una idea de negocio que se ubicará en el futuro inmediato.

Conocí a David Lerman cuando lanzaron la ‘GuidiGo’ para iPhone. El equipo fundador vive en París y ahora han decidido trasladarse a Estados Unidos y testar el modelo de negocio que es freemium. Se basa en una versión estándar de información y de añadidas bajo coste. Es una buena opción para ir planteando por donde irá la cosa. En este caso, solo con pronunciar un ‘Ok Glass, start a tour’, las gafas reconocen en que museo y en que parte de él estás y empieza a guiarte por el mismo.

Las Google Glass siguen explorando y conquistando escenarios. La universidad es claramente el lugar donde esto debe suceder lo antes posible. Concretamente en las facultades de medicina parece una evidencia casi insultante.

Ya no es una novedad que los cirujanos utilicen las gafas de Google durante una intervención, ni tan siquiera que se haya convertido en un indispensable objeto para muchos doctores ya a la hora de ejercer su profesión en Estados Unidos. Lo que es novedad y me parece ciertamente excepcional es mezclar formación y medicina tal y como ahora ya se empieza a ver.

En la Escuela Irvine de Medicina de la Universidad de California se van a emplear como un auxiliar en la enseñanza de medicina, en especial para alumnos de primer y segundo año. La idea es probar si las Google Glass son un buen asistente para el aprendizaje en anatomía y, al mismo tiempo, para registrar el avance de los alumnos en su trato con un paciente. Todas las grabaciones y registros se almacenarán en un software propietario de la universidad, para más seguridad.

El salto que va a producirse en infinidad de campos con este artilugio es enorme, pero al igual que ha pasado con los smartphones, o tablets, incluso con los propios modelos de conectividad de algunas cosas, irá produciéndose casi sin percibirse. En breve nuestra vida tendrá un nuevo compañero doméstico, profesional y social llamado ‘mis glass’.

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Y Google dijo otra vez 'ok!'

Google lleva tiempo apostando por los coches auto conducidos. De hecho, de la mano de Lexus, han llegado a organizar excursiones por Sillicon Valley de manera periódica. Hace más de cuatro años que la gigantesca compañía de Mountain View experimenta y desarrolla en la conducción automática de vehículos tradicionales, de manera que a partir de un momento determinado un coche convencional pasa a ser tecnología sensorial que atiende a su entorno y te conduce gracias a los avances en materia de navegación que ya poseen. Es normal que lo hagan ellos. No olvidemos quienes parieron el Google Maps, Google Earth o el mismísimo Google View.
Pero en un acto celebrado el pasado 13 de mayo, Google reveló que no son capaces de alcanzar un grado de seguridad suficiente cuando modifican automóviles convencionales que precisan el control de seres humanos en situaciones de emergencia. Por esa razón y en secreto, la empresa se puso a trabajar hace más de un año en la automatización absoluta del transporte personal en entornos urbanos. La búsqueda de alcanzar la seguridad completa eliminando la intervención humana convierte, ahora si, el proyecto a un ventana al futuro real.

Ellos llaman ‘burbuja’ al conjunto de sensores que lleva su nuevo prototipo y que lo convierten en una máquina muy segura. A velocidades ciertamente bajas tiene un campo de control absoluto y circular. Ver como desde un iPhone puedes ‘llamar’ a tu coche y que este venga donde estás desde su estacionamiento tiene su ‘que’.

El vehículo que puedes ver en el video es un habitáculo para dos personas, espacioso y sin elementos informativos ni consolas. Lo que si hay son diferentes elementos de seguridad pasiva por si hubiera alguna pequeña colisión. Me recuerda a los vehículos sin conductor que aparecían en algunas novelas, películas y cómics de ciencia ficción de los años cincuenta o sesenta y que recorrían ordenadamente las ciudades del ‘futuro’. Nos cuentan que mucho de eso estará ‘ready in a year’.

 

En aquellas escenas de hace varias décadas en las que se veían vehículos parecidos faltaban detalles que ahora si podemos incluir. Acceso a tiempo real a la información del tiempo, noticias, lecturas del correo o lo que sea. Obviamente dejaremos de ir a ningún lugar para empezar algo, lo que sea podrá iniciarse en cualquier momento. La seguridad, la eficiencia energética y derivados son oficialmente sus puntos de defensa.

Creo que desarrollar aplicaciones, dispositivos, elementos que proporcionen algún tipo de innovación relevante o que enlace un ‘google car’ con cualquier aspecto de la Internet de las Cosas, puede ser un buen objetivo para una startup.

En la medida de las acciones por las que nosotros podemos ser competitivos por conocimiento, ‘expertise’ y visión de producto, en Openshopen, donde tenemos un pequeño laboratorio destinado a investigar puntos de encuentro con otras tecnologías, vamos a iniciar un proyecto que vincula el futuro de la movilidad automatizada y la experiencia de compra en circuitos de ecommerce. 

Tengo la impresión que el ‘Auto Coche’ no será un riesgo para el vehículo privado a medio plazo. Creo que el punto de relación entre este tipo de coches y los usuarios que lo adquieran o utilicen será más en un entorno de servicio asociado a diferentes patrones de uso, como la logística, el transporte físico y otros. Precisamente ahí viene la clave del asunto. Amazon confesó que su ideal de gestión logística pasaba por el uso de ‘drones’ no tripulados.

Es significativo que Google está comprando empresas vinculadas a la robótica y al uso físico de la tecnología. Mover cosas, depositarlas, acceder a lugares una vez el vehículo llega y afrontar desafios con muchas limitaciones actualmente. En concreto llevan ya en cartera una decena de compañias, algunas de las cuales trabajan en ‘robots que andan’.

Piensa en como tu compra online puede verse afectada con algunos de los ‘futuros’ proyectos de Google en breve.

Me imagino el momento en el que alguien propuso a la dirección de Google ‘fotografiar el mundo’ ponerlo en la red y permitir que cualquier pudiera acceder. La respuesta de los que dieron permiso fue ‘ok’. Me imagino el instante en el que alguien propuso a la dirección de Google ‘fotografiar todas las calles del mundo’ y meterlas en la red para que pudiéramos caminar por ellas de manera virtual. La respuesta tambien fue ‘ok’. Ahora me imagino que alguien ha propuesto a la dirección de Google que ‘un coche que va solo, te traiga las cosas a casa, y que un robot andante toque tu timbre y te las entregue’. Creo que la dirección de Google, con unas Google Glass puestas, ha vuelto a decir ‘OK’.

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¿Debe preocuparte una nueva burbuja tecnológica?

Nuestra economía es cíclica. Lo es porque el capitalismo pivota. Es su esencia. Siempre experimentamos ciclos y carencias. No hay ningún punto de estabilidad garantizado pues acabaría conceptualmente con él propio sistema. En tres décadas, dos de las cuales las he podido vivir directamente, el mundo ha sufrido probablemente unos cuatro burbujas. El colapso bancario de 1987, el hundimiento de las puntocom y la crisis financiera reciente entre otras. Ahora bien, durante esos mismos años de pánico el mundo ha vivido una etapa de una inédita innovación.
Las causas de esas explosiones con efectos devastadores y, a la vez, enormes beneficios posteriores, se debe a dos actores principales: el especulador y el creador de valor. Si estás especulando, vives pendiente de una burbuja, si eres un creador de valor, te la trae al pairo.

El especulador busca en sus apuestas lícitas y respetables (me gané la vida durante años así) los cambios del valor de las cosas en mercados. Ayuda claramente a que esas apuestas adquieran relevancia o atractivo en si mismas. El constructor de valor intenta generar algo cuyo objetivo sea crecer y prosperar sin sentirse afectado por los cambios del mercado. A veces, entre los segundos hay muchos de los primeros. ‘Emprendedores’ empujados por un viento ‘de moda’ con el que especular.

La burbuja puntocom explotó por la ingente cantidad de ‘empresarios’ que se dedicaron a desafiar el valor real de sus productos. Sobrevivieron los que realmente lo hicieron con el objetivo empresarial más cierto. Siempre me acuerdo de algunas plataformas patrocinadas por bancos, a miles de millones, que se fueron por el desagüe frente al éxito de la constancia de otros como por ejemplo idealista que superó aquella etapa.

En aquellos años de la última burbuja tecnológica y emprendedora el mercado estaba hambriento de empresas web, de modelos económicos digitales replicados y replicantes, donde nadie atendió a las reglas básicas de la economía de escala. La física y la gravedad se imponen siempre y en aquella época lo hizo con violencia.

Recuerdo una conversación con un ‘emprendedor’. Fue hace ya mucho tiempo. Se acababa de producir la adquisición de la famosa ‘wanadoo’. El hombre escuchó una de mis ideas de colaboración que respondía a crear una empresa de crecimiento razonable a una velocidad lógica a mi entender. El tipo declinó argumentando que su intención era subirse a la ola monumental que muchos estaban tomando.

Este ‘emprendedor’ inversor me dijo que la cosa tenía que ver con negocios, pero que daba igual si eran o no sostenibles o si el cálculo daba negativo lo tomaras por donde lo tomaras. Lo que me fascina de todo lo que vino después es que, cuando las aguas volvieron a la tranquilidad y sus negocios habían desaparecido engullidos por la resaca, entre tanta miseria y desolación se podían empezar a divisar los ahora inmensos Google o Amazon.

Del destrozo nació nuestra actual escenografía, nuestro presente depende de aquel desastre y nuestro futuro del que ahora se está larvando.

Años después, cuando colapsó el mundo en 2008, Google y Amazon lo miraron desde otro universo. Lo hicieron porque a diferencia de otros, ellos creaban valor. Si tu empresa no es más que una réplica que no aporta nada, si tus servicios los ofrecen muchos otros, si lo haces porque lo hacen los demás o porque está ‘de moda’, estas en condiciones de que te explote la burbuja en toda la cara.

Hace unos días me entrevistaron en TF1 sobre todo esto. Me presentaron como alguien que había ‘predicho’ al menos tres esas cuatro burbujas y me cuestionaron sobre la siguiente. Mi opinión, aun por clarificar, se basa en la localización exacta del lugar que ocupa el ciclo económico actual. Si estamos decayendo todavía, subiendo o estabilizando establecerá unas u otras perspectivas.Sin embargo, y esto es pura síntesis tras haber vivido al menos cuatro ciclos, si eres un especulador, o estás subido en una moda empresarial o socioeconómica concreta, debes atender muy bien el punto en el que se encuentra, te lo juegas todo y puedes ganar mucho o perderlo completamente. Si lo que eres es alguien que aporta algo nuevo, valor y producción real, debe importante muy poco. De verdad.

Sin embargo, aunque seas un emprendedor que aporta valor y que tiene objetivos que no dependen de los ciclos, necesitas tomar precauciones. Según el gran Barry Schuler los elementos a tener en cuenta ante la gestación de una burbuja tecnosocial serían: acumular efectivo, no especular con tu marca, respetar a los inversores, tener claro cual es el valor de tu empresa, ejecutar en los tiempos buenos como si fueran malos y definir un plan de contingencia para cuando tu valor pierda tracción.

Los avances tecnosociales en impresión 3D, en la Internet de las Cosas, en modelos Big-data y en cualquiera de las disciplinas y los campos que comentamos aquí muchas veces, no están exentos del riesgo de jugar en el campo de la economía tradicional. Lo miserable de todo es que los avances de la humanidad dependen de las crisis y las empresas que cambiaron el mundo surgieron de una ‘buena’ explosión de alguna burbuja. Bienvenida sea esa explosión si tras ella, una vez disipada la niebla, aparecen grandes proyectos que definan un mundo mejor. Así paso, así pasará.

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Economía, Innovación, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal Economía, Innovación, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal

Un futuro automáticamente mejor

Como dice Tim Harford, la economía está en todas partes y en todas las cosas. La economía es el motor de cambio social más importante del que dispone la humanidad. Nada mueve con mayor virulencia los sistemas. En los años 70 el fútbol británico discriminaba claramente a los jugadores negros. Eran menos y cobraban poco. Pero los clubes que disponían de plantillas con jugadores negros gastaban menos y sus resultados eran similares en muchos casos. Esta simple regla económica, es preferible reducir costos siempre que se mantengan resultados, se convirtió en el mayor elemento de cambio social en materia de discriminación racial de cuantas se dispusieron en Inglaterra. Ninguna normativa o ley ayudó tanto a acabar con la discriminación como ese hecho deportivo y económico.
Ahora estamos ante un nuevo estímulo para el cambio de todo cuanto nos rodea pero lo haremos al revés. Una ola de aire limpio y tecnológico nos recorrerá de punta a punta tarde o temprano y el conocimiento será rentable porque procurará las cosas con un menor coste. Da igual si eso daña la cuenta de resultados de alguien, a la vez mejorará la de otro. Quien fabrica coches y los vende por el encanto de conducirlos deberá buscar otros reclamos en breve pues lo impensable ya llega y muchos, en menos de una década, estaremos adquiriendo autos automáticos por los extras en cuanto a comodidad en el habitáculo y capacidad para trabajar en su interior que por la forma, velocidad o aceleración.

Crees que nos pasamos con eso de pensar que esto va muy rápido. Yo solo procuro, como he hecho desde hace diez años en este blog, anticiparme lo justo a lo que interpreto que viene, sea bueno, malo o regular para que cada uno atienda a sus objetivos y criterios. Mis datos provienen de vosotros, de mis viajes, de mis negocios, de mi conocimiento y de mi experiencia, pero sobretodo son pura realidad contrastada e interpretada.

En 2005 el MIT de Boston, la universidad tecnológica más avanzada del mundo, establecieron diversas tareas que faltaban decenios para que los humanos dejaran de hacerlas y una máquina les sustituyera. Entre ellas destacaba la idea de que conducir un coche sería tarea humana durante al menos cincuenta años y que era inviable, por peligroso, que eso cambiara en pos de una máquina, software o robot.

En 2009 Google mostró su primer prototipo de coche que se conduce sólo. Miles de pruebas y ensayos demostraron que dificilmente tendría un accidente. De hecho el único que tuvo, se produjo cuando el coche paso del modo automático al modo manual conducido por un humano por cierto.

Como dijo nuestro amigo José Crespo en este mismo blog, ‘el error está en términos cognitivos humanos para resolver problemas’. Yo creo que una máquina puede suplir la carencia de “inteligencia humana” y aplastarla, simplemente al utilizar en tiempo infinitesimal una cantidad masiva de datos en red: extraer patrones de información y en base a esto, realizar predicciones.

Esta variable digital, social, humana y distribuida, este valor de conocimiento híbrido permite que un coche se conduzca sólo pero también que encontremos la pareja ideal o analicemos las variables de causa en un juicio próximo. Así vamos.

Hoy en día hasta los experimentados taxistas pulsan su GPS para no ‘preocuparse de las rutas’ ¿Dejarías que tu coche te llevara al trabajo? ¿De algún modo lo hace ya y si no lo hace, lo hará antes de que te des cuenta. Tengo claro que el coche que compre a mi hijo ya no lo conducirá él. Vivimos tiempos de sistemas complejos, de cambios que se estimulan por la economía pero que afectan a la sociedad como explicaba Tim Haldford con el tema del fútbol inglés.

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Mayoritariamente, Internet, no es humano.

Solamente el 39% del tráfico que se registra en Internet proviene de la acción directamente humana. El resto lo hace desde robots o software que acciona todos los elementos que la red dispone. Estuve leyendo el informe que publicó Incapsula tras analizar diferentes aplicaciones disponibles en la nube. Es tremendo pensar que casi un tercio del flujo en el tráfico de la red todavía está enlazado directamente con un motor de búsqueda, lo que llamaríamos ‘robots buenos’. Lo jodido es pensar que el resto de ese tráfico ‘artificial’ tiene un origen malicioso.
El informe al que hago referencia destaca cosas como que en comparación con el informe anterior de 2012, se observa un crecimiento del 21 % en el tráfico total de ‘bots’ (robots software). La mayor parte de ese crecimiento se atribuye al aumento de las visitas de los elementos digitales autorizados como puede ser un motor de búsqueda o la propia ‘araña’ de Google.

En base a estos datos lo que realmente me interesa y digamos da muestras de hacia donde va la verdadera red es que entramos en un modelo evolutivo digital que genera diferentes aspectos determinantes y que como emprendedores y como usuarios debemos tener en cuenta:

  1. Evolución de la web basada en servicios dando lugar a nuevos servicios en línea que introducen nuevos tipos de automatismos como, por ejemplo, los servicios orientados al SEO de reciente creación que se arrastran de un sitio a un ritmo inédito hasta ahora.
  2. El aumento de actividad de los robots existentes a que los ciclos de rastreo de los que provienen de los buscadores sean más cortos para poder aumentar la velocidad de manera que al final lo que resulta es un mayor tráfico adicional.
  3. Aunque queda muchísimo tráfico pernicioso, son muchos menos Spammers ahora que antes. El llamado ‘bot spam’ se redujo algo más siguiendo la tendencia a la baja por suerte. Seguramente algo tendrá que ver Google y su campaña antispam.
  4. Otro punto de interés es el aumento del 8 % en la actividad de “otros suplantadores” lo que denomina otro grupo también pernicioso en este tipo de tráfico. El denominador común de este grupo es que todos sus miembros están tratando de asumir la identidad de otra persona.

 

En definitiva, como en tantas cosas, la automatización, la creación de ese mundo digital donde el concepto trabajar, actuar, relacionarse y aprovechar el tiempo será muy distinto y que ahora mismo estamos construyendo, lo importante será entenderlo lo antes posible, adaptarnos con decisión y modular muy bien lo bueno y lo malo de todo a fin de que la tecnología y la automatización de procesos sea para bien.

El futuro ya no está en manos de la raza humana, pero si está en nuestras manos generar las herramientas que permitan construir un mundo mejor para todos, incluidos los robots.

 

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Compañías rumbo al futuro

Las empresas que marcan el ritmo económico o por lo menos lo animan son las tecnológicas. En el ámbito corporativo algunas ya están de compras, otras plantean fusiones estratégicas y unas más se preparan para su salto al parqué.
Yahoo adquirió el lanzador de aplicaciones. La operación puede haber costado unos 80 millones de dólares. Es una compra más que se acumula a las de Tumblr, Summly y otras. Facebook está obsesionado por no perder el tren del teléfono móvil. Sus compras se han materializado con Little Eye Labs y Branch. Las compras pueden haber sumado 15 millones. Google sin embargo ha ido mucho más lejos y su factura le ha subido 3.200 millones de dólares. Concretamente es lo que le ha costado comprar Nest. Parece ser que la conquista de 2014 tiene un terreno de juego claro: dispositivos móviles, geolocalización inversa y patrones de comportamiento.

Por otro lado tenemos las valoraciones que los mercados hacen a empresas cuyos modelos de validación siguen pendientes del encaje con la economía tradicional (antigua). Por ejemplo pasa con Dropbox que podría haber cerrado una ronda de financiación gigantesca. Casi 250 millones de dólares que valoraba a este almacén tecnológico en la nube por encima de los 10.000 millones de dólares. Cabe destacar que con la rondas previas que ya ha tenido el total suma más de 507 millones de dólares para un negocio con mucho consumo y gasto, un modelo de negocio calibrado pero con dudas sobre su viabilidad a medio plazo.

¿Dropbox tiene potencial como para valer 50 veces los ingresos que espera lograr a lo largo del año 2013? Tal vez la pregunta no está bien formulada. Volvamos a intentarlo para ir descifrando que pasa en el mundo de la Nueva Economía. Sería ¿tiene Dropbox una posición dominante para influir a medio plazo en los modelos de almacenaje, logística digital y modelos de transferencia de datos? El resultado económico es imprescindible para medir eso, pero hoy en día no es exclusivo y debemos interpretar la capilaridad de la economía relacional, de datos y distribuida. Además, el cloud computing, junto al big data, el comercio electrónico inteligente y la Internet de las cosas son los escenarios donde el futuro se va a ir definiendo.

Sin embargo todo gira en torno al mismo elemento. ¿Vale tanto lo que compran las grandes? ¿Es lo mismo facturación que expectativas? ¿Cómo generarán negocio suficiente que justifique su valoración y la apuesta que hicieron los inversores? En principio ese no es el objetivo inmediato. Seguimos bajo el modelo de la influencia, de la creación de empresas diferentes donde el ‘fremium’ (que no gratis) y los entornos de consumo en diferido estarían permitiendo que el talento no estuviera sujeto sólo a una tabla contable.

Puede que el mundo tarda mucho en aceptarlo pero son tantos y tan extraordinarios los cambios que vivimos que algunos parecen un tremendo absurdo. Que Pinterest esté valorada en más de 3.800 millones de dólares y no haya emitido ni una sola factura es parte de ese escenario difícil de explicar en una cena familiar. La teoría del ‘crea masa crítica que luego ya veremos como le sacamos rentabilidad’ es un poco bruta pero es una de las dinámicas que viven esas empresas. Sin llegar a ese ‘claim’ si es cierto que la economía digital y los modelos vinculados a la Nueva Economía exigen interpretaciones muy distintas a las tradicionales (antiguas).

En contraste, las grandes tecnológicas, esas que van de compras presentan sus cuentas. Apple mostrará cierta dificultad para crecer más, Yahoo describirá su sólido modelo publicitario, Facebook explicará que la huida de usuarios no es tan grave y que la compensará con una apuesta absoluta al móvil, Amazon explicará mañana que crece de manera sostenida camino de un monopolio logístico impresionante y Google se presentará algo más moderado que en otras ocasiones por lo que se comenta.

Por supuesto que no vamos ahora a pensar que detrás de tanto millón no hay especulación, intereses y desidias, por supuesto que no, pero tampoco podemos negar que la mayoría de esas compañías nacieron de mentes privilegiadas, manos creativas y espíritus exploradores. Soñadores que lograron encajar sus anhelos con las voluntades económicas de otros. El resultado fue lo que ahora vemos.

En definitiva, las grandes tecnológicas son tan interesante de estudiar como de utilizar. Estamos en sus manos en gran medida pero también somos sus propietarios por el tremendo uso que hacemos de ellas y como les marcamos lo que queremos que suceda con sus modelos evolutivos. Creo que tienen cosas malas, como todo lo que es tan enorme, pero también que lideran, de manera privada, y desde el valle de los sueños emprendedores e innovadores, la revolución que nos lleva a la siguiente parada: el futuro.

En nuestro país se lleva poco eso de sumar, fusionarse, las operaciones corporativas o las que generan valor multiplicándose. Deberíamos atender a como crecieron otros para entender como podemos crecer nosotros. Tener empresas mundiales que exporten conocimiento depende, también, de creer que es posible. Por supuesto que hay que poner el caldo y la olla en el lugar donde eso pasa, pero el interés de los implicados debe ser el de crear algo enorme, revolucionario y universal.

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Cinco claves que vi en Apple

Ayer estuve en Apple. Concretamente en la sede europea que la compañía tiene en la ciudad irlandesa de Cork. Allí están desde 1980 y allí estuvo como muestra el video (joya histórica) de abajo Steve Jobs aquel año. Durante las horas que duraron mis reuniones vi como miles de trabajadores de diferentes nacionalidades se mezclaban en un modelo corporativo muy similar al que vi en Google hace unos meses pero que no voy a proceder a diferenciar. Sin embargo voy a enumerar lo que para mí continua siendo la clave de una compañía que ha heredado lo que su fundador dejó impreso. Los más de cuatro mil empleados que conviven en Irlanda no se diferencian en sus procesos modos y mensajes a los que tienen en Cupertino. Esas claves son las que de un modo u otro pueden ayudar a convertir una idea emprendedora, y guardando las diferencias, en un éxito notable.

 

En primer lugar el perfeccionismo debe llegar a ser irritante, obsesivo incluso. Hacer cosas excelentes no puede ser una opción, debe ser el mecanismo. Incluso cuando replicas algo o te inspiras en lo que sea debes buscar que el resultado sea inmejorable. No sirve excusarse en equipos poco preparados o en ese futuro desconocido en el que esperamos mejorar nuestros proyectos con más dinero o más personal. Desde el minuto uno debemos ser capaces de buscar la perfección.

En segundo lugar es fundamental focalizar. Mientras otras empresas sacaban decenas de productos Apple se centró en cuatro. Jobs regresó a la compañía y focalizó en cuatro productos y dijo que serían excelentes. Mientras todo el mundo buscaba dar variedades a sus productos él definía los límites. Otros querían mil colores, él solo blanco y negro.

En tercer lugar los productos no sólo deben ser pocos y claros, que funcionen bien y sean excelentes, sino que deben ser de una estética fascinante. Centrarse en el diseño como elemento estructural debería marcar cualquier proyecto emprendedor. Tomar el diseño como factor distintivo no es más que la búsqueda de la experiencia de usuario como motor de la producción y la venta.

Pero si hay un punto clave en el trabajo y el legado de Steve Jobs y que en mi visita de ayer pude experimentar es ese manejo del espacio que permite entender la colaboración y el trabajo en común. Los edificios Apple están diseñados para que la gente tenga que reunirse.

En Apple no te lo cuentan, pero saber que Steve Jobs no tuvo una carrera profesional lineal, que pasó del éxito al fracaso y regresó de él, generó una manera de comprender el propio error y la equivocación. Repetir muchas veces inclusive cuando los fallos se suceden es una cualidad de los obsesivos, perfeccionistas y, sobretodo, de los que confían en sus propias cualidades y en el espíritu de sacrificio que incorporan a su día a día.

Estas son las cinco claves que, sin ser exhaustivos, pueden conducir el proceso emprendedor en el que te encuentres o, si ya estás en marcha, un buen modelo de innovación puede basarse en esos cinco elementos: busca la excelencia, focaliza el proyecto, exagera el gusto por lo formal, mejora el trabajo colaborativo y busca las lecciones de cada error. ¿Cuales son tus claves?

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Irlanda y la Nueva Economía

Se habla mucho estos días de el asunto de la fiscalidad de algunas empresas y su ubicación societaria. Se acusa a grandes multinacionales a jugar con la legalidad para derivar beneficios a países donde las condiciones tributarias sean menores. Se acusa a empresas como Apple a utilizar su filial en Irlanda para no afrontar los costes impositivos en USA. Es naif pensar que la estrategia comercial de una empresa enmarcada en la Nueva Economía no pueda utilizar todo el abanico existente para generar más valor, más empleo, más beneficios y revertirlos en lugar donde considere. Mantener ese discurso ridículo acerca de que quienes abran oficinas en países con impuestos de sociedades más bajos son una especie de delincuentes, es nocivo o bien por desconocimiento o por mala fe. Me temo, que es lo que me preocupa, que se trata de lo primero. Con un malvado se puede hablar y negociar, con un tonto no. Es ilógico charlotear sobre los beneficios de la internacionalización de las compañías y luego no aceptar que estas formalicen filiales en algunos destinos. Es absurdo. Hay tres maneras de internacionalizarse: vía filial, sucursal o con un partner local. Se elige dependiendo de tres factores: la propia decisión estratégica de costes, de estructura o de imperativo de la legislación local.
Debe saberse que hay muchos países donde si no te organizas como una sociedad afiliada a la matriz pero con capital y fiscalidad local no puedes lograr esa internacionalizacion con la que se llenan la boca esos que dicen saber tanto de externalizar empresas. Llevo 18 años en esto. He visto de todo y he sufrido las legislaciones de muchos países totalmente confusas e incoherentes. Por esta y otras razones que explicaré en otros artículos es preciso aclarar que no siempre esa aparente “ingeniería contable y tributaria” no es más que la única viable para poder estar en uno u otro país. Si además sumamos que cuando una empresa quiere repatriar beneficios obtenidos en un estado con fiscalidad baja, entonces, procede a pagar impuestos por ello en el destino.

Antes vivía en Londres y ya lo pude notar, pero que desde que vivo en Dublín, en realidad, pago más impuestos. Sin dejar de pagar las exigentes en otros países donde tengo actividad comercial, personal o societaria, en Irlanda todo lo que tiene que ver con la tributación personal es más alta. Sin contar tasas por casi todo, impuestos indirectos y acceso a servicios siempre previo importe contributivo, lo encarecido del modelo social es claramente muy superior al español o al norteamericano por ejemplo, que son los que me afectan. Otra cosa es como un país y sus gobernantes deciden estimular la economía o el cambio de modelo de crecimiento. Irlanda así lo hizo hace algunos años y ahora ven el resultado.

Quedarse con el elemento tributario es no acercarse a la herida. En Irlanda pasan cosas extraordinarias, nuevas y que significan un salto cualitativo en la percepción que el mundo está teniendo de que Dublín, pero en su conjunto toda Irlanda, se está convirtiendo en un ‘hub’ del negocio tecnológico con un potencial brutal. Si esto empezó por un tema tributario o no, ahora mismo ya es irrelevante, la verdad es que las grandes compañías del mundo en la vanguardia tecnológica ya están aquí y no sólo con una oficina comercial menor o con un “representante” legal. Hablamos de más de un centenar de miles de personas trabajando en Google, Apple, Ebay, Amazon, Cisco, Crompton Greaves, GSK, IBM, Intel, Merck, Microsoft, Siemens e IDODI (permitidme la licencia). Además ya no hablamos de una ciudad sino de todo un ecosistema nacional adaptándose a lo digital y a sus negocios derivados. Galway, Cork, Limerick y Sligo además de Dublín, componen un formato parecido al Sillicon Valley real. Nada que ver con otros lugares que se esfuerzan en catalogarse como tal. Cada vez que un entorno geográfico desea “modernizarse” a nível económico se pone ese distintivo californiano, pero llamarte César, no te hace emperador. Además, en Dublín por ejemplo se empieza a vislumbrar lo que será la relación entre Universidad (Trinity), Esculas de Negocio (DIT) y relación privilegiada hacia los fondos de capital riesgo británicos situados en Londres.  Todo ello compone un escenario único que sitúa un pequeño país (4,4 millones de habitantes), frío y lluvioso, pero tremendamente joven (el 35% de la población es menor de 25 años) en un privilegiado punto de partida.

 

https://twitter.com/marcvidal/status/320927934397431809

 

Es cierto que el rescate europeo de la economía irlandesa repercutirá en los próximos años en aspectos poco agradables. Caerá la inversión pública, existirá una presión enorme sobre la gestión de ayudas y se planificará un ataque a su fiscalidad. No obstante, el camino se ha iniciado y sería preciso que en otros lugares se tomara en cuenta como y en cuanto se ha decido cambiar para llegar a esos estándares económicos de atracción del talento tecnológico. En Irlanda todo el mundo se está preparando. Lejos de enfrentarse a los cambios, muchas de las principales empresas han decidido adaptarse. Por ejemplo, la oficina de Dublín es la sede internacional de Facebook y actúa desde hace años como controlador para toda la comunidad de usuarios de la red social fuera de Estados Unidos. De hecho, es en el seno de la oficina irlandesa donde la red social ha creado ahora el llamado Consejo de Privacidad y Protección de Datos, encargado de asegurar precisamente la privacidad y la seguridad de las personas que utilizan Facebook en el entorno de la Unión Europea. Se sabe que en los próximos meses habrá cambios y las “excepcionales” tasas actuales se modificarán y colocarán a Irlanda en un lugar menos privilegiado pero dudo que todo lo creado y construido hasta la fecha se pueda desmontar por arte de magia.

En estos momentos es más fácil montar una empresa en España que en Irlanda. La isla tiene muchas cosas complicadas, muchos defectos en los trámites legales que requieren de comprobaciones analógicas sorprendentes (quien diga lo contrario es que no ha montado nada ahí), pero ofrece un marco fiscal, como hemos dicho que provoca la atracción de un modelo empresarial concreto.  Irlanda tiene un impuesto de sociedades del 12,5% sobre beneficios, un régimen fiscal que concede un crédito del 20% sobre el incremento del gasto en I+D en que incurra una empresas, independiente de las deducciones a las que tienen derecho por este gasto. Lo impuso hace casi tres décadas y hace unos años que ya representa un importante factor en el PIB del país.

En ese marco de innovación, los dreamers de IDODI en Irlanda nos hemos unido a la iniativa de Google, Twitter, Facebook, Microsoft, Intel, Oracle, Symantec y PayPal con la que se intenta atraer talento a la industria tecnológica. La apuesta es cierta, sincera y muy decidida. La apertura a la inteligencia tecnológica es brutal y se nota en el día a día. Pruebas de selección tremendas, con ingenieros monitorizando en una pantalla lo que sucede en la tuya mientras intentas averiguar en un cuarto de hora una contraseña de un sistema, o mientras incorporas mejoras en un código que simplifique un proceso, no son más que ejemplos de lo que ahí está pasando. Ya no es tanto la búsqueda de emprendedores como la certeza de que el talento generado por los grandes atraerá a los primeros. Conozco profesores universitarios españoles que no han logrado pasar las pruebas de grandes compañías allí. La búsqueda de talento está a niveles que sólo había visto en el Valley hace unos años. Es fascinante y muy competitivo.

Irlanda en definitiva es un país pequeño enfocado definitivamente en promover el desarrollo de su industria tecnológica y hacerlo desde muchos campos y modos. Por poner un ejemplo, actualmente hay más de seis mil puestos de trabajo disponibles en esa industria, y un enorme interés por promover la inmigración tecnológica y cualificada. Así se condiciona y se prepara un país para un futuro competitivo en el marco de la Nueva Economía. Como es normal las críticas arrecian cuando se analiza su fiscalidad, pero quedarse ahí es un error que no permite ver por donde van los tiros en eso de “modernizar la economía” o “de cambiar el modelo de crecimiento”. Tengamos en cuenta lo que hacen otros países como España y lo que se obtiene con ello. No es tan difícil, sólo hay que ponerse. Crear empleo tampoco lo es, pero no hay manera.

El primer ministro irlandés, Enda Kenny, ha negado este miércoles haber dado un “trato especial” al gigante informático Apple y ha asegurado que su país lidera los esfuerzos internacionales para lograr más transparencia sobre la planificación fiscal de las multinacionales.

Kenny ha respondido así a la polémica provocada por un informe del Senado de Estados Unidos, que acusa a Apple deaprovechar lagunas en el código fiscal norteamericano y utilizar empresas en Irlanda para esquivar el pago de impuestos.

“No hacemos tratos especiales con ninguna empresa individual sobre el tipo impositivo (del impuesto de sociedades)”, ha dicho Kenny a su llegada al Consejo Europeo, cuya agenda está dedicada a la lucha contra el fraude fiscal. El impuestos de sociedades irlandés, al 12,5 por ciento, se encuentra entre los más bajos de la UE.

El primer ministro irlandés ha sostenido además que su país ha sido uno de los primeros en firmar un acuerdo con EEUU sobre intercambio automático de información en materia fiscal y está “a la vanguardia” de los esfuerzos de la OCDE para mejorar la transparencia de los regímenes que se aplican a las multinacionales, que se traducirán en la publicación de un informe en julio.

“Irlanda ha sido y será uno de los líderes a la hora de construir un nuevo consenso internacional sobre la transparencia de los regímenes fiscales que se aplican a las multinacionales”, ha insistido Kenny.

No obstante, el primer ministro irlandés ha dejado claro que su país “continuará compitiendo por empresas multinacionales” porque han creado 100.000 puestos de trabajo. A su juicio, tener “un impuesto de sociedades estable durante muchos años” no es el único factor que atrae a estas compañías a Dublín, sino también “la tecnología o el talento”.

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¿Es tu hora?

Aviso que en el último párrafo debería ser el primero, pero como todo en la vida, hay que empezar por el principio. Un principio que se sujeta a una lectura. Cuando leí que Martín Varsavsky (Fon), Anill de Mello (Mobuzz), y Michel Jackson (Skype) desestimaron utilizar Alcobendas a cambio de ir a Suiza, como sede central de una compañía nueva que estaban montando llamada Spotnik, una especie de operador móvil virtual para conectar todo tipo de chismes, pensé que era normal. ¿Pero porqué puede parecernos normal algo así? ¿Qué sucede en gran parte del mundo civilizado que nosotros no sabemos (o no queremos) reproducir? Hay modelos sociales como en Irlanda que el gobierno se hace cargo del coste del despido en las empresas de nueva creación. En España, una start-up media suele fracasar por culpa del coste laboral de renovar sus estructuras. Un despido suele ser el fin y los costes de recuperación inaccesibles.
Hace cuatro años, durante la fiesta de celebración de la victoria electoral de Barack Obama, en el Circulo de Bellas Artes de Madrid, Martin Varsavsky me confesó que cuando él decidía apostar en un territorio cualquiera a la hora de montar un nuevo proyecto su pensamiento era siempre el mismo: “voy, llevo dinero, tecnología y empleo, si sale bien, perfecto y si sale mal no perjudico a nadie, lo importante es probar. Las ayudas en esos países permiten que muchas cosas acaben funcionando, creando empleo y, en gran medida, tecnología y modelos de crecimiento más cualitativos”.

Está claro que en gran medida el hecho de que España tenga estructuralmente el doble de parados que el resto de Europa, siempre, está motivado por esa falta de capacidad para entender el “fenómeno emprendedor”, un aspecto que va mucho más allá del mero hecho de impulsar negocios tecnológicos o de “catalogar créditos ICO”, es generar tendencias de opinión y flujos presupuestarios hacía el valor fundamental de poner en marcha proyectos innovadores, que en la jungla de la economía actual, son los que acabarán perviviendo.

Si se potencia la cultura emprendedora de un país, si se le inyecta la obligación de no esperar los subsidios, la innovación llega tarde o temprano. A medida que los proyectos arrancan, estos se hacen cada vez más innovadores y las ayudas ofrecidas cada vez son más rentables. Poco a poco se genera una economía productiva de mucho más valor y de mayor competitividad. Apoyar la emprendeduría es más que aportar dinero a proyectos de Internet, es intensificar el estrato económico con la más alta tasa de cambio económico. Para ello, cuando hablamos de emprender lo hacemos desde el punto de vista de todo lo que tiene que ver con intensificar el movimiento de toda una sociedad que se ha adormecido creyendo ser (o estar) en la cúspide del bienestar, un bienestar ficticio proveniente de haber vivido en una especie de limbo diseñado por otros y que se la ha venido a llamar “clase media”. Un fragmento social que cada vez está compuesto por menos personas.

¿Por qué en España no hay esa mentalidad de cambio de manera más extendida? Fundamentalmente porque es una directiva inconsciente. Bernardo Hernandez (Google) nos comentaba a un grupo de analistas de inversión extranjera como se había comportado el gobierno español con Tuenti. Decía que, mientras que con la red social española líder, las cartas y requerimientos eran continuos acerca del tema de la protección de datos, regulaciones, fotos y la manía de colgarse monedas que no se habían ganado, con Facebook Europa las cartas y solicitudes se morían por silencio administrativo ya que ni tan siquiera había un seguimiento de las mismas.

Y más vale que se haga algo. Que se dejen de ridículas comparecencias y gesticulaciones. La política ya no es capaz por si sola de sacar a España del asunto. Llevamos 36 meses decreciendo en los últimos cuatro años y medio. Esto no lo aguanta nadie. El empobrecimiento es definitivo y el saqueo al que hemos castigado al capital es de pena.

La CIA publica un informe llamado “The World Factbook” donde España cada vez sale peor parada. España ha bajado al puesto número 14 en el ranking de países en relación a su Producto Interior Bruto (PIB) en términos de paridad de poder de compra. Naciones como Canadá, Corea del Sur o México ya están por delante de España. E inmediatamente detrás se han colocado países como Indonesia o Turquía por lo que es cuestión de minutos que pasemos al 16. Lejos queda el año 2007, cuando, según el Banco Mundial, obviando que nuestro PIB era producto de la mentira, la burbuja crediticia y de la idiotez generalizada, España llegó a situarse como el octavo país del mundo.

La causa de este declive tiene que ver con un hecho incuestionable. De los 217 territorios que la CIA incluye en su informe, nada menos que 200 crecieron el año pasado por encima de España. Como consecuencia de ello, el PIB per cápita (también en términos de paridad de poder de compra) se ha reducido hasta los 30.400 dólares, por debajo de los 31.000 de un año antes o de los 30.900 de 2010. La renta per cápita española, de hecho, ha descendido hasta situarse en el puesto número 44 a nivel planetario. Ahora bien, lo que es demoledor es la tasa de paro. España todavía ocupa un puesto mucho más adverso en cuanto al ranking de países en función de la tasa de desempleo. En concreto, desciende hasta el puesto número 172 a nivel mundial, inmediatamente antes del territorio caribeño de Granada, Serbia y Maldivas.

Ya no sólo es cuestión de cambiar modelos de crecimiento, de impulsar políticas activas, de renovar acciones complementarias, de estimular la emprendeduría, de mejorar las tasas tributarias o de impulsar la exportación y la internacionalización, ni siquiera es tema de tecnología sólo o de entender los tiempos que corren. Lo que realmente toca es un cambio de actitud, un gesto global y entendible, la composición de un sueño colectivo que sea capaz de disolver en la nada tanta pesadumbre y tristeza. Es la hora de los soñadores, de los valientes, de los que ven en cada dificultad una aventura y en cada ruina una lección. ¿Es tu hora? 

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Universo multipantalla

Ayer publicaron que mi cuenta de twitter había sido seleccionada como uno de los 20 perfiles más influyentes en materia económica según una publicación digital. Algo que no deja de ser una anécdota, pero que me hizo pensar en lo que realmente estamos viviendo y no nos damos cuenta. Hace cinco años publiqué mi primer twitt, que versaba acerca de las primarias demócratas en las que Obama no contaba demasiado al principio. Traté ese tema porque en aquel momento no había usuarios suficientes en España para crear una comunidad y la inmediatez que ofrecía era brutal para saber que pasaba a tiempo real en los caucus de Massachussets, por ejemplo. Recuerdo como en aquella ocasión los debates apenas los seguía por televisión y me enfocaba en mi computadora. Cuando pasaba a la televisión, abandonaba mi computadora. Ayer, siguiendo el segundo debate presidencial desde un hotel de Quito, noté que todo había cambiado.
Miraba la televisión, revisaba las opiniones en las redes con mi iPad, retocaba este post en mi Macbook, y enviaba mensajes desde mi iPhone sobre el evento a los que no tenían acceso a la emisión americana. Estuve inmerso en lo que se viene a llamar un mundo multipantalla o hipersocial cuando lo que hacemos es distribuir toda la información de manera estratégica.

Es curioso como han ido integrándose esas pantallas, dispositivos y modelos tecnológicos que me permiten interactuar y relacionarme con mi mundo inmediato e inmediatamente lejano. En este sentido, hace unos días el laboratorio digital de investigación de tendencias Think with Google presentó un informe titulado ‘El nuevo mundo multipantalla: comprendiendo el comportamiento entre plataformas del consumidor‘, que recomiendo leer pues se describen los modelos de consumo de información en los Estados Unidos y por derivación en breve en Europa. El informe explica que nueve de cada diez personas realizan durante su vida cotidiana diferentes actividades a través de teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras y televisores, ya sea de manera simultánea o bien una detrás de otra, según los datos recabados en este estudio que relató Juan Manuel García en La Vanguardia.

El televisor sigue siendo la plataforma a la que el consumidor estadounidense dedica más tiempo (43 minutos por sesión) pero simultáneamente utiliza otros dispositivos: principalmente el smartphone (49%) y el PC (34%). El 77% de quienes miran la televisión lo hacen con un dispositivo en la mano, a menudo con una tableta o un teléfono inteligente, que utilizan para realizar consultas online relacionadas con lo que están viendo en la televisión.

Uno de los datos más significativos señala que la del móvil es la pantalla con la que los consumidores inician la mayoría de sus actividades online. Los smartphones son, por ejemplo, el punto de partida de la mayor parte de las búsquedas espontáneas (80%). Esta primera interacción se transforma posteriormente en búsquedas más planificadas, que se realizan principalmente a través del ordenador o, en menor medida, de las tabletas.

El tipo de cuestiones formuladas por los responsables de la división de marketing móvil de Google en esta encuesta ya hacían prever el dibujo de este “nuevo mundo multipantalla”: “¿Cuántas veces ha empezado a leer un correo electrónico en el teléfono, mientras viaja, y luego lo sigue haciendo en su computadora portátil cuando llega a casa?”; “¿O quizás vio un anuncio de un coche nuevo y luego usó su tableta para buscar las especificaciones y verlo en acción?”. En definitiva, se trata de respuestas bastante predecibles, pero en cualquier caso el informe aporta datos concretos y define fielmente los nuevos comportamientos del consumidor actual.

Google considera los hallazgos obtenidos en este informe una evidencia de que aquellos que quieran conectar con conceptos sociales deben desarrollar campañas adaptadas a la tendencia de la gente a saltar de una pantalla a otra. Hace años que los usos económicos y sociales que nos rodea, evidencian que el usuario o cliente determina y la ley de la economía básica habla que la supervivencia de un producto se somete al principio de “más rápido, más barato, menos difícil”. La novedad es que ahora somos “más hipersociales” y estamos más preparados para “transmitir conocimiento” y hacerlo en un universo multipantalla como escenario cada vez más natural. Si estás pensando un negocio, piénsalo en varias pantallas a la vez. Sería algo así como la cuarta dimensión.

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Marc Vidal Marc Vidal

'Hola soy Google' en ABC

Ayer publiqué mi columna en ABC como cada semana. En esta ocasión trato el tema de como se gestionan los equipos y las contrataciones en Google como ejemplo de como no lo hacemos en Europa. Sin querer demonizar modelos o santificar procesos, y poniendo de ejemplo mi reciente experiencia con algunos directivos de California y del Sillicon Valley o Boston, he procurado abrir el debate acerca de una realidad cada vez más evidente y que se confiere a la realidad empresarial de nuestros tiempos. Una idea vale más que su ejecución. Entenderlo es fundamental para ver el cambio de socioeconómico que nos invade y que algunos llaman crisis.

En la vida hay dos llamadas que soñaba recibir. La primera: “¡corre ven, he roto aguas!” y la segunda, algo más sofisticada sería: “¡hola, soy Google!”. En distinto momento recibí las dos. Está claro que llegar a desarrollar algo que le pueda interesar al gigante de Mountain View no es sencillo y, a parte de una gran dosis de esfuerzo, tienes que tener algo de suerte. De todo lo que aprendí en ese tiempo me quedo con el nuevo valor del término “ocupación”. Estamos ante una retorcida escala que proporciona la contratación de ideas y de las personas que las contienen. Se contrata el tiempo en el que se piensa, no en el que se “ejecuta”.

Gracias a esta generosa experiencia localizada entre California y Massachussets pude descubrir que la economía digital permite atender con eficiencia el valor de emprender ideas y aportar crecimiento a medio plazo. Está pasando en USA y podría pasar en Europa. Aprender emprendiendo y emprender aprendiendo no dejan de ser las características principales de las “startups” que cada día nacen. De ellas es el futuro en los países que apuesten por el valor añadido, los sectores complementarios (aportación de ideas a cualquier industria o servicio) o lasociedad de conocimiento (razonable y constructivo). Las ideas no sólo son ideas, son la textura con la que se modelan las cosas justo antes de que sean reales. Afrontemos las ideas como resultado de la experiencia. ¿Qué pasa si sumáramos esa destreza que otorga la veteranía con la irreverencia del idealismo joven emprendedor?

Hoy en día, si con cincuenta años te quedas en paro, es probable que no vuelvas a trabajar por cuenta ajena en la vida. Más de la mitad de los jóvenes españoles no trabaja. Nadie les contrata por más del salario de un esclavo. Millones de experimentados profesionales se desangran en las colas de empleo. Estimulemos la suma, dinamicemos la fusión de voluntad, desesperación y sueños. Hagámoslo por nuestra cuenta y dejemos de desayunar cloroformo. Recordemos que nadie les regalo nada a los segundos en su día y nadie va a regalarles ya nada a los segundos. Regalémonos un sueño común y posible todos.

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Marc Vidal Marc Vidal

El “derecho al olvido”

Saltaba la noticia de que la Comisión Europea sentó hoy las bases para proteger al máximo el “derecho al olvido” de los usuarios en las redes sociales como Facebook o en buscadores como Google. En un momento en el que sabemos que la conciencia global es cada vez nuestra conciencia y que la conectividad de nuestra razón se estimula en la perdida de memoria pues todo está al alcance de un clic, saber que la verdadera protección de datos, como derecho fundamental, va a estar garantizado es una buena noticia. Ya sabemos que “la nueva legislación obligará a las redes sociales y a los motores de búsqueda a borrar todos los datos de una persona de forma inmediata (y completa) si ésta así lo pide expresamente y si no existe ninguna razón de peso para retenerlos en la red”. Está por ver como se estructura todo eso ahora que hay quien asegura que nuestros correos están siendo escaneados de manera rutinaria y con objetivos “comerciales”

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Marc Vidal Marc Vidal

Nadar a contracorriente es divertido

Me vais a permitir que replique un fragmento del último capítulo de uno de mis libros. En concreto el que da pie al que estoy escribiendo ahora. Hace unos minutos dejé el procesador de textos donde avanzo día a día en un contenido que simula una conversación entre emprendedores que no se han cruzado jamás, y al parar, me vino a la cabeza que, antes de iniciar una crítica a los acontecimientos que la economía actual vive y a los hecho que se precipitarán sin remedio, sería bueno dejar en la huella digital cuanto pienso sobre “tomar las riendas de nuestra propia vida”. Se avecina el mayor de los desastres conocidos a nivel económico y nada ni nadie parece hacer nada por evitarlo. Seguramente ya nada se puede hacer, pero no por ello debemos abandonar. Hace unos días vendí otra de mis participaciones en una empresa y algunos de vosotros me propone que “coja el dinero y corra”. No os miento si digo que lo he pensado, pero al final siempre me viene la misma ilusión: ¿porque no poner en marcha otro proyecto? ¿porque no ahora que todo parece que se pone del revés? Cuanto más difícil más divertido.

Cuando leí que Martín Varsavsky (Fon), Anill de Mello (Mobuzz), y Michel Jackson (Skype) desestimaron utilizar Alcobendas a cambio de ir a Suiza, como sede central de una compañía nueva que estaban montando llamada Spotnik, una especie de operador móvil virtual para conectar todo tipo de chismes, pensé que era normal. ¿Pero porqué puede parecernos normal algo así? ¿Qué sucede en gran parte del mundo civilizado que nosotros no sabemos (o no queremos) reproducir?

Mientras que en Irlanda se dispone de programas dotados en su conjunto con más de 300 millones de euros aquí las ayudas brillan por su ausencia. No quiero decir que, al contrario de lo que titula este libro, ahora solicite subvenciones a los emprendedores, no, lo que digo es que en este país se está llevando una política de ayudas y programas de tipo subsidiario a acciones que nada tienen que ver con impulsar a la sociedad a tomar una actitud activa en su propia vida y en sus propios proyectos. A diferencia de cómo en Suiza, Varsavsky y sus socios pudieron activar un modelo de negocio imponiendo 50.000 euros. El gobierno suizo entregó medio millón, las oficinas y aportó personal para llevar a cabo el crecimiento inicial de ese proyecto. Las subvenciones públicas suizas encaminadas a la parálisis o a pagar el té y las pastas no existen. Han sustituido los subsidios por ayudas, el empujón para emprender ha enterrado las limosnas para sobrevivir.

Hay modelos sociales como en Irlanda que el gobierno se hace cargo del coste del despido en las empresas de nueva creación. En España, una start-up media suele fracasar por culpa del coste laboral de renovar sus estructuras. Un despido suele ser el fin.

Hace un par de años, durante la fiesta de celebración de la victoría electoral de Barack Obama, en una sala reservada y apartados del bullicio, en el Circulo de Bellas Artes de Madrid, Martóin Varsavsky me confesó que cuando él decidía apostar en un territorio cualquiera a la hora de montar un nuevo proyecto su pensamiento era siempre el mismo: “voy, llevo dinero, tecnología y empleo, si sale bien, perfecto y si sale mal no perjudico a nadie, lo importante es probar. Las ayudas en esos países permiten que muchas cosas acaben funcionando, creando empleo y, en gran medida, tecnología y modelos de crecimiento más cualitativos”. Está claro que en gran medida el hecho de que España tenga estructuralmente el doble de parados que el resto de Europa, siempre, está motivado por esa falta de capacidad para entender el “fenómeno emprendedor”, un aspecto que va mucho más allá del mero hecho de impulsar negocios tecnológicos o de “catalogar créditos ICO”, es generar tendencias de opinión y flujos presupuestarios hacía el valor fundamental de poner en marcha proyectos innovadores, que en la jungla de la economía actual, son los que acabarán perviviendo.

Si se potencia la cultura emprendedora de un país, si se le inyecta la obligación de no esperar los subsidios, la innovación llega tarde o temprano. A medida que los proyectos arrancan, estos se hacen cada vez más innovadores y las ayudas ofrecidas cada vez son más rentables. Poco a poco se genera una economía productiva de mucho más valor y de mayor competitividad. Apoyar la emprendeduría es más que aportar dinero a proyectos de Internet, es intensificar el estrato económico con la más alta tasa de cambio económico. Para ello, cuando hablamos de emprender lo hacemos desde el punto de vista de todo lo que tiene que ver con intensificar el movimiento de toda una sociedad que se ha adormecido creyendo ser (o estar) en la cúspide del bienestar, un bienestar ficticio proveniente de haber vivido en una especie de limbo diseñado por otros y que se la ha venido a llamar “clase media”. Un fragmento social que cada vez está compuesto por menos personas.

¿Por qué en España no hay esa mentalidad de cambio de manera más extendida? Fundamentalmente porque es una directiva inconsciente. Bernardo Hernandez (Google) nos comentaba a un grupo de analistas de inversión extranjera como se había comportado el gobierno español con Tuenti. Decía que, mientras que con la red social española líder las cartas y requerimientos eran continuos acerca del tema de la protección de datos, regulaciones, fotos y la manía de colgarse monedas que no se habían ganado, con Facebook Europa las cartas y solicitudes se morían por silencio administrativo ya que ni tan siquiera había un seguimiento de las mismas.

Hace un año conocí a Elisabet de los Pinos, una emprendedora seleccionada por el Foro Económico de Davos. Durante una cena tuvo el detalle de explicar el modelo de puesta en marcha de su empresa Aura Biosciences. La había instalado en Boston. Elisabet me comentó que “cada vez conocía más gente que, viendo que en España no hay opciones, se va fuera”.

En mi caso, en este preciso instante de internacionalización de dos empresas en las que participo plenamente, ese escenario lo reconozco como mío. Está claro. Incluso ahora, que he decidido emprender otro proyecto vinculado a un tema de aeronáutico, mis socios están en Boston y se relacionan a partir del Massachussets Insititut of Technology ya que aquí nadie me está ayudando a saltar los obstáculos tecnológicos, técnicos y legales para afrontar ese proyecto: un modelo de negocio que, si las cosas van medianamente bien, aportará empleo a mucha gente innovando a la vez.

No me rindo, espero que la alteración del ecosistema laboral y económico español se produzca hacía el camino que he pedido en este libro y que, con el tiempo, ese curso nuevo influya en la mutación de todo un espíritu social que ahora mismo está narcotizado.

Hay casos muy esperanzadores de cómo el “capital riesgo” español es capaz de impulsar proyectos. Softonic, Idealista, Infojobs, eDreams, Privalia, Atrápalo y un centenar de empresas de las cuales más de la mitad están fuera de Internet y tienen que ver con innovaciones en otros campos como el de procesos o el de la logística. Esto y que los jóvenes españoles que no se han pateado el año de Erasmus entre cervezas, están preparados para establecerse en otros países, puede ayudar a un retorno a medio plazo de una generación dispuesta a afrontar el reto de mejorar nuestro entorno económico y social.

Para ello hace falta perseverancia. El emprendedor que sabe que depende de si mismo el espíritu de sacrificio y la confianza es fundamental. Y en eso estamos. Imagina que estás en medio del desierto, sin nada. La certeza de que nadie vendrá a rescatarte es obvia y que la dirección correcta de escape la desconoces. Sólo puedes hacer dos cosas: o te quedas allí esperando un milagro o empiezas a andar en rumbo desconocido. Esa es la gran decisión. Yo siempre tomo la segunda, es la que recomiendo y la que las sociedades más prósperas suelen adoptar en su conjunto.

Cuando inicies el camino buscando un oasis, una salida, un lugar habitado que te permita sobrevivir a ese desierto, la opción tomada será siempre la buena pues en el mero hecho de ponerse en marcha está el éxito. A medida que el trayecto vaya aumentando podrás admitir dos posibilidades: la de admirar las dunas, el sol, el horizonte, la de disfrutar del propio recorrido o la de quejarse continuamente de la mala racha que llevas y de lo fastidioso de la situación. En ninguna de las dos estará la clave para llegar al final, el elemento fundamental será el tesón, la insistencia, el empeño, la constancia, la tenacidad y la firmeza que le pongamos al asunto. Intentarlo será el premio, no lo olvidemos.

Cuando te pongas en marcha poco importará la tipología de emprendedor que seas, pero bien irás definiendo tu propio estilo a medida que las ayudas y los subsidios se alejen irremediablemente de tu curso. Puedes ser un emprendedor soberbio, magnífico, ese vigoroso proyectista de empresas sin límite. Suelen pensar en grande y no temen a nada. Su vocación y su pasión van al unísono. Otros tipos en los que puedes verte reflejado son los exploradores, aquellos que antes de tomar decisiones analizan todo. Estos emprendedores tan racionales suelen venir de empresas grandes o de un mundo laboral muy seguro.

El emprendedor que invierte es el que pone el dinero y apoya relativamente el proyecto. Suelen acabar implicándose más de lo previsto y eso es bueno la mayoría de las veces. El emprendedor activo es el que más innova pues, habiendo tenido éxito habitualmente en todo tipo de negocios, sabe que hay que innovar continuamente y aportar nuevos elementos  para afrontar nuevos retos. Estos tienen la habilidad de “estar en todo”. El emprendedor “starter” es otro espécimen. Se dedica a montar negocios, muchos, y su estrategia de éxito es la de tener pequeños fragmentos en diversos proyectos. Suelen equilibrar los desajustes por mayorías de inversión y en un momento u otro les proponen el “gran negocio” que suelen rechazar puesto que lo que les interesa es estar en el principio de las cosas y no en el crecimiento final de las mismas. El emprendedor persistente es el que no desiste. Suelen ser muy sistemáticos y acotan bien las posibilidades pero insisten hasta lograrlo. Son directivos más que emprendedores pero responden al criterio de la apuesta personal bajo un plan de Negocios exhaustivo.

Hay tres tipos más de emprendedores a mi entender. El que sagaz, el desarrollador y solucionador. El primero suele visualizar muy rápido el proyecto pero le cuesta focalizarlo, el segundo es un “artista” en desarrollo tecnológico pero le cuesta modelar una empresa y el tercero es un experto en dar soluciones a problemas existentes.

En definitiva, si eres un emprendedor o quieres serlo verás que no es una especie uniforme y adoctrinada, es muy heterogénea y depende en gran medida de las casualidades y de las causalidades. Lo importante es levantarse y poner pies sobre el tartán.

No todo el mundo debe ser un “emprendedor que monta empresas”. Sería absurdo, como tampoco podemos reducir todo esto a un mensaje de que “para salir de la crisis es preciso que todo Dios se ponga a emprender”. No tendría ni pies ni cabeza. Lo que si tenemos que procurar es incentivar que la mayor parte de gente que está en condiciones de ser emprendedor lo sea”. Sean cien o mil, pero buenos serán. Ese nuevo curso deberá impulsar otros cambios y entre ellos el de una generación aburguesada en la nada y que peligra como clase.

¿Te has preguntado si eres uno de esos emprendedores de antes? ¿Te has preguntado previamente si tienes los rasgos de un emprendedor? ¿Estas dispuesto a arriesgar tiempo y dinero tuyo y de otras personas? ¿Estas en condiciones de enfrentarte a las dificultades que supone ese desafío? ¿Has inventado algo? ¿Estás dispuesto a que tu empresa deje de funcionar sin ti algún día? ¿Has entendido que significa que la sociedad está aletargada, adormecida, insensible,  y somnolienta?

Si has aceptado que tanta analgesia social no es buena ni para ti ni para los que vengan en el futuro, que existen opciones para cambiar el mundo que nos rodea desde una actitud crítica pero activa, de disposición al cambio y de puesta en marcha del motor colectivo, entonces este libro habrá servido de algo.

Habrá servido para interpretar un método, uno más de tantos, pero que sin lugar a dudas puede ser efectivo. Sigo intentando situar el escenario, hablar de un ecosistema que se resiste a morir pero que se regenera poco a poco hasta el punto que pronto parecerá otro. Es imprescindible buscar nuevos modelos de creación económicos, de territorios de conquista para los nuevos emprendedores y de que podemos hacer para padecer lo mínimo posible como sociedad que despierta de su largo letargo.

Durante un viaje en el Tren de Alta Velocidad francés, entre Bruselas y París, Loic Lemeur y yo estuvimos listando las oportunidades que considerábamos nos ofrecía el futuro: “es preciso que hablemos de talento global, de pensar diferente, de pensar compartiendo, de conectar cerebros, de cuenta de resultados de las ideas, del efecto contagio de la colaboración, de la garantía de la exclusividad como valor del compartir, del caudal de pensar conjuntamente y no tanto en equipo, de cambios inevitables, de gestión del conocimiento en las organizaciones del futuro, de modelos y razones de las comunidades virtuales, de alianzas de éxito como valor democrático de las empresas más débiles, de sociedades dinámicas, de las ventajas de esta crisis, de los negocios transparentes y de la recesión permeable.

Al llegar a Chatelet pensé que en eso debía ponerme y por ello nació este libro. Tuve claro que los que entendieran que esos conceptos son los vértices de un polígono repleto de ventajas, tendrían muchas más herramientas para decidir. Cuantos más seamos más sentido tendrá llevar ese brazalete, esa pulsera de la verdad que decíamos hace unos cuantos capítulos, del conocimiento, del pensar por nosotros mismos. Es momento de razonar, de emprender, de construirnos de manera individual a partir del conocimiento y no tanto del discurso oficial, para entre todos ir estimulando nuestro entorno en modelos económicos nuevos.

Estamos a las puertas de una revolución como ya lo estuvieron otros antepasados, sólo que esta vez es digital, orgánica, distribuida y global. Hace algún tiempo, al confluir diversos factores se reprodujeron sistemáticamente otros grandes cambios. La revolución industrial y tecnológica fueron grandes elementos de cambio, y  convivieron con una crisis sistémica que adelantaba una mutación real y evidente en todos los estadios de la economía. La manera de traducir aquellos cambios siempre condujo a mejores escenarios pero también con una fractura notable del propio sistema. El modelo financiero actual que se sustenta en un crecimiento del valor del dinero por encima del coste real del capital, ha provocado un desajuste insalvable a estas alturas, pero considero que más que una causa, no deja de ser una consecuencia de algo mucho más transversal y que la tecnología de la información ha acelerado, en definitiva es la gran oportunidad que unos pocos, espero que miles, sepan aprovechar para cambiar el mundo de otros muchos, espero millones.

La revolución del conocimiento surgirá del valor de las cosas y no del coste de las mismas, será el momento de las grandes factorías de ideas, de pensamientos, de dudas, de estructurar la fabricación en base a su precio esencial y no tanto al especulativo, de emprender para convertir los sueños en realidad. En esta nueva era, en este nuevo ecosistema plagado de ideas, en ese nuevo mar en el que deberemos navegar, los que antes entiendan que deben impulsarse con vientos desconocidos, los que sepan que es tiempo de veleros y no de lanchas motoras, esos sobrevivirán, crecerán y serán mucho más felices. Los que escuchen a sus mandatarios, a esos dirigentes aparentemente perdidos, a esos que cambian sus previsiones una y otra vez, los que esperen de ellos que les ayuden a sobrevolar este momento crucial de la historia sufrirán mucho más.

No es momento de subsidios sino de purgas, no es momento de alargar agonías sino de amputar aquello que está podrido. El sistema es demasiado duro y robusto como para permitir un parto sin dolor, pero el sistema no es inmune. El momento está cerca y me ilusiona enormemente que así sea. Deseo un mundo mejor para mi hijo, mejor que este. 

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Marc Vidal Marc Vidal

Apple+

En Los Angeles se habla de dos cosas. De Apple y de Apple. Por un lado por que hoy presenta sus beneficios del segundo trimestre y por otro porque, la compañía que fabricó el computador desde el que os escribo, el teléfono desde el que os llamo y el tablet desde el que me zampo películas en los viajes transatlánticos, ha decidido meterse en medio de la guerra abierta entre Facebook y Google con el tema de las redes sociales y el territorio a conquistar.
En el primer tema se cree que la empresa californiana superará con creces sus propios pronósticos, que establecían unos ingresos en los últimos tres meses en torno a 24.750 millones de dólares con un incremento que podría estar cerca de un cien por ciento en términos interanuales.

Ese porcentaje estaría en sintonía con los números presentados por Apple en su segundo trimestre fiscal, cuando tuvo un aumento de su ganancia neta de un 94,7 % con respecto al mismo período de 2010, y sus ingresos se elevaron un 82,7 %.

La demanda de teléfonos iPhone en todo el mundo impulsó las ganancias de Apple en el arranque de 2011 y esa tendencia habría continuado entre abril y junio con la venta de casi 20 millones de unidades, aproximadamente el doble de terminales que un año antes, según los cálculos de JP Morgan.

Apple habría despachado casi ocho millones de iPad 2 entre abril y junio pasados, a pesar de los problemas iniciales de abastecimiento ante la fuerte demanda.

Además del iPhone y del iPad, se prevé que la empresa de Steve Jobs, quien está ausente de la gestión diaria por encontrarse con una baja médica desde principios de año, continúe ofreciendo buenas cifras de negocio para su división de computadoras Mac, aunque seguirá el paulatino declive de las ventas de reproductores iPod.

En cuanto al segundo tema, según el International Business Times resulta que varios empleados de la compañía Google sostienen que Apple está retrasando el lanzamiento de la aplicación de Google+ para el sistema operativo iOS “de forma intencionada”, debido a que la aplicación fue enviada para su aprobación hace dos semanas y todavía no está disponible para los dispositivos móviles de la compañía de Steve Jobs.

A principios del mes de julio, una desarrolladora de Google Erica Joy anunció que la aplicación para iOS de la nueva red social de los de Mountain View, Google+, ya estaba lista, había sido enviada a Apple y estaba pendiente de aprobación para ser publicada en la App Store y estar a disposición de todos los usuarios.

Sin embargo, una serie de informes a los que ha tenido acceso Business International Times aseguran que algunos empleados de la compañía Google sospechan que el retraso en el lanzamiento de la aplicación no tiene nada que ver con la calidad o los procedimientos exhaustivos que Apple sigue para lanzar las aplicaciones sino por el “recelo” que tiene la compañía de Steve Jobs de lanzar aplicaciones de Google para su sistema operativo.

Apple es conocida por las rigurosas pruebas a las que somete a las aplicaciones que quieren entrar a formar parte de la tienda de apps de la compañía, rechazando la mayoría que según Apple no se ajusta a sus normas.

Por el momento, la compañía de la manzana no ha hecho declaraciones al respecto de estos comentarios ni sobre cuándo lanzará definitivamente la aplicación de Google+ para iOS.

Tengo la impresión que la guerra entre redes sociales, atendiendo que Microsoft también ha lanzado su candidatura a reinar ese modelo de negocio, es el símbolo de su inminente transformación. El tiempo dará y quitará la razón pero parece evidente que la publicitodependencia no va a ser un buen negocio a largo plazo. Parece evidente que o bien facebook o bien Google+ se convertirán en el sistema operativo de la inteligencia social de la gestión colectiva.

El modelo de gestión de esas plataformas demuestra que el uso social y vertical de sus estructuras si permite otros modelos mucho más interesantes.Apostar por generar comunidades y entornos a partir de intereses proporciona un éxito en la complicada amalgama de compuestos de la reputación digital, la biografía social y la presencia integral en los entornos sociales y digitales.

Desde el punto de vista de un antiguo gestor financiero intuyo que los activos de la red están en cuarentena aunque no lo reflejen sus cifras y tasas. Excepto Apple y Google con un claros modelos de negocio, otras empresas vinculadas al nuevo orden digital pueden estar teniendo incipientes síntomas de pérdida de oportunidad. La salida a bolsa de las llamadas empressas social networks no ha sido todo lo brillante que se esperaba. No ha habido destellos y con el tiempo puede haber apagones. Esto no quiere decir que no se deba atender a su importancia, sino que se debe asumir su espacio real.

Las estrategias en la red, sea social o no, ya no pueden limitarse a la expectativa, a la gestación de perfiles o a la estructuración básica de presencia distribuida. A través una nuevo grupo de trabajo en el que me han invitado a pertenecer y que, seguramente se convierta en un proyecto empresarial muy innovador, estamos investigando como se conforman estrategias integrales de identidad social para compañías e instituciones. En todo caso, las redes sociales jugarán su papel, pero las grandes empresas que componen los pilares en los que se sustentan le quitan un enorme glamour a eso de la inteligencia social, la sociedad aumentada y otras definiciones brillantes que esconden realidades mucho más oscuras.

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Marc Vidal Marc Vidal

El ADN emprendedor

Dicen que las crisis son tiempos para las oportunidades. Eso es demasiado genérico como para aceptarlo como norma. Una época de dificultad como la actual no deja de ser un escenario de dificultad añadida al ya difícil mundo de la emprendeduría. El coste de poner en marcha una empresa o un proyecto cualquiera es muy alto en tiempo, esfuerzo y sacrificios. Se debe asumir desde el principio el enorme reto que se te presenta en frente justo en el instante en el que decides arrancar.
El emprendedor tiene una morfología particular. Se diferencia de otros individuos por ser creativo en mayor o menor medida, disponer de una gran intuición, incluso si fracasa, de un grado de optimismo patológico que puede perfectamente mezclarse con un espíritu crítico y analítico de la realidad, un emprendedor no es un iluso, es un valiente que decide tirarse por un acantilado sin saber, muchas veces, que le espera allí abajo.

El emprendedor tiene un ADN compuesto por empuje, decisión, observación y energía para soportar los temporales que se encontrara en su camino. En España, además, el emprendedor suele tener dos caracteres más: la paciencia para tolerar la pesada administración pública y su burocracia e inconsciencia bien entendida para sobrellevar el riesgo de exclusión si te arruinas en este país.

Me gustaría destacar que no sólo de emprendedores es la tarea de mejorar nuestro entorno, tiene que ver con muchos otros elementos sociales. La multitud es el todo y es quien debe poner en marcha los resortes del cambio. Los gobiernos y los poderes políticos, públicos, financieros y privados, todos son la clave, pero la sociedad en su conjunto, emprendedores y emprendidos, todos adeudan ese impulso hacía un futuro más equilibrado y activo, donde ser concursante de Gran Hermano no sea el objetivo de millones de jóvenes por que consideran que siendo famoso la vida será más fácil.

No sólo de emprendedores va esto, también de todo lo que conlleva estimular cambios de conducta para tomar las riendas de tu propia vida, seas o no empresario, joven o anciano. No hablamos de estereotipos, pero si de actores. Hay personas que han nacido con una actitud en la vida que los posiciona como agentes de cambio, otros que se ven impulsados a ello.

La crisis debería despertar en muchos ciudadanos su inquietud por emprender. Este momento, aparentemente poco propicio para poner en marcha proyectos, es uno de los más complejos por los que pasará la mayoría de las generaciones que les tocaron vivir. Con un endurecimiento del crédito, sin dinero público para invertir en reflotar la economía, con el consumo cayendo y sin expectativas de mejora, el horizonte no parece el más brillante para los que han decidido arriesgarlo todo por una empresa.

El emprendedor no deseo feliz 2010 la nochevieja de 2008. La broma por aquellas fechas era no desear un buen año 2009 ya que todo hacía presagiar que sería un año lleno de calamidades en lo económico. Así fue no obstante, pero los que tenían en su mente emprender o hacía poco que se habían puesto en marcha con un nuevo proyecto (como era mi caso), desearon un 2009 lleno de éxitos. Eso no sé si está en el ADN, pero donde seguro reside es en el deseo de impulsar cosas, de no acomodarse a un mundo cada vez más incierto y donde no es preciso hacer nada para vivir puesto que “alguien” se encarga de borrar tu voluntad a cambio de que tus necesidades mínimas queden cubiertas.

Tengo claro que sembrar en tiempos de crisis repercute en una empresa mucho más robusta posteriormente. Enfrentarse al paro estructural de países como España sólo se podrá hacer a partir de la creación de negocios nuevos y eso si que tiene que ver con una manera de interpretar la vida y la existencia por parte de los que nos sentimos emprendedores.

Las dudas sobre el perfil de un tipo que se dedica a montar empresas y casi ni a disfrutarlas es algo difícil de calibrar. Es posible que esté tatuado en alguna especie de versión molecular de su organismo. No lo sé pero suena siniestro que así fuera. Es como si el resto de la sociedad, esa que duerme la siesta en el sofá social sin inquietarse, no tuviera ninguna función más que esperar a que les despierten puesto que los “emprendedores con ADN de emprendedor” ya se encargarán de poner patas arriba esta sociedad. Pues no.

Creo que todos tenemos esa titularidad. Plantearse un objetivo y un plan para lograrlo es algo que ha hecho todo el mundo en algún momento de su vida. Calcular como se logrará, que exactamente, quien nos ayudará, cuanto costará y desde donde lo haremos son las preguntas que cualquier individuo se plantea ante un reto personal. Lo mismo que los negocios, pero al igual que en lo cotidiano, las empresas requieren que arriesguemos, que nos la juguemos. En esas preguntas hay alguna que va implícita como ¿qué me va a pasar si no lo logro? Precisamente esa última cuestión es la que frena muchos proyectos.

Fragmento que aparece en el libro “Contra la Cultura del Subsidio”

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Marc Vidal Marc Vidal

Social Shopping

Escuché a Enrique Dans hablar del social commerce y de la empatía comercial hace un par de años. Comentó que en el futuro habría plataformas que facilitarían y potenciarían el vínculo emocional entre las redes sociales y el e-commerce, beneficiando de manera directa tanto al usuario como a las propias marcas. Eso ya es una realidad con diversos modelos de negocio y estructuras de relación socioeconómicas digitales. Obviamente tuvo razón, pero permitió que  muchos investigáramos las opciones de emprender en ese campo. En base a todo ello me aparecen dos modelos claros de venta social.
Por un lado el de recomendación directa que interpreta un algoritmo de valoraciones para otorgar un escenario de compra factible y por otro el que interpreta la geolocalización social para vender en un entorno de experiencias de compra. Está claro que la venta social y el f-commerce, como algunos le han llamado, está de moda. Es posible que ese sea el entorno natural del comercio electrónico del futuro inmediato, pero lo que es seguro es que ya está revolucionando algunos de los elementos de la cadena de valor del proceso comercial.

En esa guerra me quedo con dos nuevas start-up nacidas en España y con fuerte implicación de blogueros de referencia nacionales. La primera es Lowffer, una red social que publica a tiempo real las experiencias de compra de los usuarios de un modo geolocalizado. No distingue producto o servicio y lo que logra es mejorar los costes y la satisfacción del prosumidor. Es una plataforma que me ha maravillado. Monitoriza ofertas a nivel global pero lo establece localmente. Todo ello lo hace vinculando redes sociales existentes y activando patrones de comportamiento que hace mucho más rica la experiencia de uso. Incorpora algunos factores como la “meritocracia” del comprador o una exigente interfaz móvil muy bien resuelta.

La segunda es myProducts, una novedosa aplicación integrada en la red social Facebook, donde los usuarios pueden compartir con sus amigos todos aquellos productos que tienen o quieren tener. Es el primer dispositivo de su género dentro de lo que se ha venido a denominar punto de venta real en Facebook Store y que permite a los usuarios compartir con sus contactos de esa red social las valoraciones y comentarios de los productos que ya “tienen”, de tal forma que todos sus amigos podrán encontrar recomendaciones más fiables de aquellos productos que les gustaría tener o sobre los que buscan valoraciones generando dinámicas de venta tangibles. Para ofrecer dinamismo myProducts posee además elementos de juego social y, en función de las acciones que los usuarios vayan completando, obtendrán medallas de reconocimiento como hace foursquare y que tan buen resultado ha dado. El algoritmo que establece tendencias de compra y venta tiene en cuenta la información recibida de cada uno de los usuarios e intentará conseguir ofertas personalizadas de los productos que sean de su interés. Por eso, es importante la participación de la comunidad, para poder beneficiarse de las ventajas de la compra colectiva, obteniendo descuentos que no se podrían llegar a alcanzar comprando individualmente.

En el campo de la venta social destaca HermeneusGoogle Shopping. La primera es algo más que una plataforma de venta social, es un espacio donde se combina de forma inteligente elementos del comercio electrónico y las redes sociales, dando el protagonismo a los profesionales y eliminando al máximo la intermediación. La segunda es fácil de ver hacia donde se dirige pero todo hace presagiar que busca establecer dinámicas de comercio electrónico en tiendas reales aprovechando el enorme poder de sus gestores de información. Y la última es una propuesta de una de las empresas que fundé hace años, Cink, y que pretende ser un software de referencia que se convierta en la automatización de la experiencia de venta en entornos de redes sociales.

En definitiva, se avecinan cambios, algunos de los cuales ya están entre nosotros de manera poco eficiente, que provocarán que el ejercicio de comprar deje de ser una labor individual de elección para pasar a ser una síntesis de información global que proporcionará voluntades de compra en los individuos sin saber, demasiado bien, de donde proceden esos estímulos.

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